El Defensor del Menor propone a Jiménez que cree una Concejalía de la Infancia

Trinidad Jiménez, aspirante a la alcaldía por el PSOE, comenzó el lunes su maratón con un objetivo: hablar poco y escuchar mucho. Cinco días después, tiene la voz ronca y ha incorporado en su bolso pastillas para la garganta. Ayer visitó el mercado de Villaverde y escuchó muchas quejas. Pero Jiménez también habló e hizo propuestas tras una reunión con el defensor del Menor. Éste le pidió que incluya en su programa electoral la creación de una Concejalía del Menor, aunque ella apuesta por otro tipo de organismo que se dedique a niños y adolescentes.

Pedro Núñez Morgades, defensor del Menor, aprovechó la visita de la candidata a su institución para proponerle la creación de la citada concejalía. También le expresó su intención de pedir al partido que gobierne la región tras las elecciones de mayo que cree una viceconsejería.

La alcaldable socialista no descartó esta posibilidad, si bien afirmó que ella había pensado en otro tipo de organismo en el que los menores puedan participar directamente. "Apuesto por una política transversal, similar al modelo británico", dijo Jiménez, "porque no podemos tratar de forma independiente, por ejemplo, la educación y los menores".

El resto de la jornada de la candidata transcurrió entre actos culturales, con un recorrido al museo de San Isidro o la visita a una galería de arte: once citas desde las 7.30 hasta después de la medianoche. Por la mañana estuvo en el mercado de Villaverde. A las puertas de la plaza, dos decenas de vecinos esperaban la trinicaravana. Enfrente, en el paseo de Alberto Palacios, los vendedores ambulantes voceaban sus productos: "¡Niña, mira qué bolsos a dos euros!".

Compradores, vecinos y comerciantes rodeaban a la candidata en su recorrido por la primera planta del mercado. Jiménez pudo comprobar que los habitantes de este distrito tienen muchas quejas, sobre todo en lo relacionado con la seguridad y el metro, que no llega al barrio. "La gente se cree que con tener una estación de trenes, que está lejísimos, lo tenemos todo solucionado", protestó una mujer. Entre los clientes hubo alguna que otra confusión. Una mujer pidió disculpas a la candidata socialista después de acusarla de que tenía el barrio abandonado. "Es que aquí gobierna el PP con mayoría absoluta, señora", aclaró la alcaldable, "yo soy del PSOE".

Los dependientes intentaban atender a los clientes: "¿Quién va ahora?". Pero los compradores se distraían mirando con curiosidad a la candidata. "¡Ay!", gritó una mujer, "¡que quiero verle la carita y con tanta gente alrededor no puedo!". Jiménez pedía a los vecinos que le contaran sus problemas y sus quejas: "¿Qué echa usted en falta en su barrio?". "Pues que tenemos poco dinero". En la zona de congelados, dos mujeres gitanas le hacían un ruego claro para el futuro: "¡Acuérdese de los pobres!".

Sin ascensor

La candidata subió con la comitiva a la segunda planta del mercado. Los pasillos permanecían vacíos y muchos comercios cerrados. Los comerciantes denunciaron que tienen pocos clientes porque no hay ascensor, y que la mayoría de los puestos están regentados por personas mayores que no abren todos los días porque el negocio no da dinero.

A pesar de la ausencia de compradores, a Jiménez le llovieron los piropos: "¡Qué guapa es la alcaldesa! ¿Nos vas a dar algo? Aunque habrá que ponerse a la cola..." Un pescadero advirtió a sus clientes: "¡Vaya chiquita guapa que ha venido a visitarnos! ¡Qué alegría!".

De los piropos en el mercado, a la sobriedad académica. La candidata visitó la Real Academia Española (RAE). Su director, Víctor García de la Concha, le explicó el funcionamiento de la institución, le enseñó las magníficas bibliotecas, los grabados de Durero y Goya, los manuscritos de Quevedo y los cuadernos de Pablo Neruda. Jiménez propuso abrir la RAE a los ciudadanos para que puedan visitar sus "bellezas". De momento, los académicos sólo estudian celebrar jornadas de puertas abiertas o colgar fotos de sus instalaciones y colecciones en Internet.

García de la Concha presentó a la alcaldable a los trabajadores de la Academia: "Es Trinidad Jiménez, que está en su trinimaratón. Aunque esta palabra no existe aún en el diccionario, nos plantearemos la posibilidad de incluirla", bromeó.

A la medianoche, Jiménez acudió a un acto que no estaba incluido en su apretada agenda: la Noche Solidaria, en un bar de Malasaña. Un pequeño porcentaje (0,20 euros) de cada una de sus bebidas -y de las del resto de los consumidores- se destinará a un colegio saharaui.