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Entrevista:DENYCE GRAVES | 'Mezzosoprano'

"El éxito es la mejor de las venganzas"

Jesús Ruiz Mantilla

Dice que aprendió tarde el significado de la expresión "no puedes". Como una Carmen dura, curtida, Denyce Graves ha tenido que torear mucho toro bravo para convertirse en lo que es hoy: una de las mezzosopranos más reconocidas. "Ha sido complicado, pero el éxito se ha convertido en la mejor de las venganzas para los que me han dificultado las cosas", afirma la cantante natural de Washington D. C (EE UU), que interpretará Carmen, de Bizet, en el Teatro Real entre el 5 y el 20 de diciembre.

Será con dirección musical de Alain Lombard y escénica de Emilio Sagi en un montaje, con vestuario y figurines de Jesús del Pozo, que ya se estrenó con éxito en 1998. Entonces fue con Agnes Baltsa, ahora con la Graves, que tiene un aire de diva salvaje y sensual. Habla bajo, como susurrando, mueve los ojos y los labios lentamente y a veces da la espalda. Es alta, fornida y lleva el pelo estudiadamente revuelto. Por eso no extraña que se sienta cómoda con Carmen, personaje con el que debutó en el Metropolitan en 1995, aunque avisa: "Es un papel con el que vocalmente no te luces, pero como personaje disfrutas interpretándolo, es divertido", dice.

Se identifica con Carmen en lo racial. "En ese aspecto, desde luego. Ella y yo nos sentimos diferentes, aunque yo soy más sentimental. Es la más inteligente de la clase y disfruta viendo cómo se comportan los tontos a su alrededor". Pero tiene su lado triste: "Está sola, busca la libertad total, busca a alguien que sea igual y no lo encuentra", asegura sobre la mítica trabajadora de la fábrica de tabaco gitana y sevillana.

Pero no es su papel favorito entre los 57 que lleva en repertorio. La mujer de su vida es Dalila, de Sansón y Dalila, compuesta por Camille Saint-Saëns, que ha interpretado muchas veces con Plácido Domingo. "Me gustan los papeles que me ponen cachonda y Dalila lo hace. Además, en los últimos años hay un renacimiento de esa ópera, y eso me gusta", afirma.

Pero adora a otros compositores. "Massenet, Verdi; Mozart, aunque me odia; Puccini, aunque me ignora; Gounod, Monteverdi, Haendel, Schubert, Schumann...". ¿Y Wagner? "Me han ofrecido hacer la Venus, de Tannhäuser, y Kundry, de Parsifal, pero lo quiero pensar mejor, saber elegir el momento a tiempo y poder", asegura.

No se niega a probarlo porque sea un compositor racista. "Al menos lo sabes, está a la vista de todo el mundo. Lo peor son los que te sonríen y luego te clavan un puñal por la espalda", dice. Ha sufrido muchas limitaciones por ser negra. "Sigue pasando. En Europa me han llegado a decir figuras muy conocidas que no podría hacer nada más que Carmen. Pero, en fin, no es mi problema, es el suyo. Hasta mi profesora de canto en Nueva York, el otro día, me seguía diciendo que es una traba, pero yo le contesté: 'Soy la única de tus alumnas que ha hecho una gran carrera, por algo será".

De todas formas, ella fue viendo las dificultades que le podía crear el color de su piel al crecer. "Mi familia era muy religiosa, cantábamos gospel en casa y en las iglesias. Mi madre era muy optimista, sus hijos éramos los más guapos, los más altos, capaces de todo, aprendí tarde lo que quería decir 'no puedes". Por eso, en parte, ha llegado tan alto, por eso y por orgullo. "El orgullo hace avanzar. También las ganas de seguir aprendiendo". Es lo que ha hecho desde que se dio cuenta de que quería dedicarse a la ópera. "Fue mi primer profesor en Washington, Edward Jackson. Me dio un disco de Caballería rusticana y, al oírlo, supe que quería dedicarme a ello".

Por eso y por cuestión de su personalidad de armas tomar, de diva de rompe y rasga, que se la ve, que le sale de los poros oscuros, decidió hacerse mezzosoprano. "Las mezzos somos las mujeres de verdad, las auténticas, no es una cuestión de voz, es de carácter. Yo nunca podría ser una soprano", asegura.

Denyce Graves, ayer, en el Teatro Real.
Denyce Graves, ayer, en el Teatro Real.MANUEL ESCALERA
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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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