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PSC y ERC protestan por la "prepotencia" de Homs

Enric Company

Relajado por haber superado anteayer la fase más intensa del debate presupuestario, el consejero de Economía del Gobierno catalán, Francesc Homs, se permitió ayer formular en el Parlament comentarios despectivos a sendas intervenciones de los diputados Martí Carnicer (socialista) y Josep Huguet (ERC). Pero éstos no se amilanaron, protestaron, pidieron el amparo de la presidencia de la Cámara y lo obtuvieron. Y después, fuera del hemiciclo, le recriminaron su "prepotencia".

La de ayer no fue la primera vez que los modos de Homs causan protestas de los diputados de la oposición. El incidente empezó cuando Carnicer pidió desde la tribuna al consejero que prestara atención a los argumentos con que defendía la enmienda a la totalidad del presupuesto del Departamento de Economía. Desde su asiento en el banco del Gobierno, Homs, que había estado hablando con un diputado de CiU, replicó que a Carnicer "vale más no escucharle".

Carnicer consideró "intolerable" esta actitud de Homs y pidió amparo al vicepresidente del Parlament, Higini Clotas, que presidía el debate. Clotas pidió al consejero que interviniera cuando tuviera el uso de la palabra. Pero la situación se repitió de forma similar poco después, aunque en esta ocasión con Huguet. El diputado republicano criticó que el Gobierno de CiU haya incluido en la ley de acompañamiento una reforma de la Ley de Cajas de Ahorros con el objetivo, a su juicio, de colocar en la alta dirección de La Caixa a dirigentes afines a CiU. "Mejor que no estéis vosotros", le replicó Homs también desde el banco del Gobierno.

Ya fuera del hemiciclo, Huguet acusó luego a Homs de "prepotencia". Y además de echarle en cara la "falta de elegancia parlamentaria", subrayó que su actitud es particularmente denunciable "en alguien que forma parte del mundo de las empresas que viven de los peajes que pagan los catalanes". Se refería al hecho de que Homs, después de haber sido diputado de CiU a Cortes y antes de ser consejero de Economía, fue presidente de Áreas, una empresa dedicada a los restaurantes de las autopistas.

El acuerdo entre CiU y PP continuó funcionando ayer en el Parlament en el debate de los presupuestos de la Generalitat para 2003 y permitió la derrota de las enmiendas a la totalidad presentadas por los grupos del PSC-Ciutadans pel Canvi, ERC e Iniciativa Verds (ICV) a los presupuestos de los departamentos de Presidencia, Justicia e Interior, Economía y Finanzas, Gobernación, Enseñanza, Cultura, Sanidad y Política Territorial.

El debate sobre el presupuesto del Departamento de Cultura se convirtió en un severo juicio sobre los 22 años de política cultural dirigida por Jordi Pujol. Rafael Ribó, de ICV; Josep Bargalló, de ERC, y Josep Maria Carbonell, del PSC-Ciutadans pel Canvi, coincidieron en señalar que, contra lo que pudiera esperarse de un Gobierno que se define sobre todo como nacionalista, la política cultural es una de las cenicientas presupuestarias. Y que Pujol dejará el panorama cultural "peor de lo que estaba" cuando asumió la presidencia.

El presupuesto del Departamento de Cultura y Deportes para 2003 representa el 1,5% del total del presupuesto de la Generalitat. Los tres diputados de la izquierda señalaron que gobiernos autonómicos como los del País Vasco y Galicia y de nacionalidades como Flandes, Escocia y Quebec dedican a la cultura entre el 3% y el 4% de sus respectivos presupuestos generales.

Carbonell sostuvo que el reciente intento de CiU de colocar a un destacado pujolista al frente de Òmnium Cultural ejemplifica el modelo de política cultural de CiU, que en la actual etapa del consejero Jordi Vilajoana se orienta a "la propaganda y el entertainment, pero de serie B". Bargalló afirmó que Pujol ha desconfiado del mundo de la cultura "porque no le reía las gracias". Y Ribó le criticó error "letal" de querer dirigir la creación cultural desde el gobierno.

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