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Lorenzo Silva despliega un 'puzzle' narrativo en 'La niebla y la doncella'

El autor recupera a su pareja de investigadores de la Guardia Civil

El prolífico escritor y abogado Lorenzo Silva (Madrid, 1966) despliega en su última obra La niebla y la doncella (Ediciones Destino) un rompecabezas narrativo en el que sorpresivamente va componiendo las piezas de un crimen ocurrido años atrás y por el que se juzgó a un político, que fue absuelto. Silva obtuvo el Premio Nadal 2000 por su novela El alquimista impaciente, luego llevada al cine.

La niebla y la doncella es un título elegido con mimo en el que el escritor Lorenzo Silva tiene la sensación de que se la juega. Como ya hiciera antes con La flaqueza del bolchevique, finalista del Premio Nadal en 1997, o en El lejano país de los estanques, por la que recibió el Premio Ojo Crítico en 1998, entre algunas de sus obras más conocidas. El autor cree que el título debe tener entidad en sí mismo y no ser predecible. Por eso, asegura, no le interesó titular a su obra como Un cadáver en La Gomera o Un muerto en la niebla. "Me cuesta mucho titular como lo hago, pero es muy importante" explicó ayer en Bilbao.

Silva advierte en su libro de que los hechos y los personajes son fruto de su invención. Y el aviso no parece baladí ya que algunos argumentos de anteriores novelas suscitaron cierta polémica e hirieron suspicacias. "La historia y los personajes son ficticios, pero ello no significa que sean irreales. Todo lo que escribo está inspirado por la realidad que veo. El problema que he tenido en el pasado con estas novelas es que hay quien las ha mal interpretado", indicó Silva.

Agentes intelectuales

La Guardia Civil no debe sentirse aludida con las investigaciones criminales del sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, miembros del instituto armado y protagonistas de la obra, como antes lo fueron en El lejano país de los estanques y en El alquimista impaciente. Estos agentes son intelectuales capaces de citar a Schopenhauer, Freud y Lacan para explicar la atracción amorosa. "Sí, el sargento es un intelectual. Intento que los personajes centrales sean interesantes, pero a la vez busco que sean verosímiles. Guardias civiles así no podrían existir hace 40 años, pero ahora se puede crear un personaje guardia civil que sea licenciado en Psicología. Yo conozco a unos 10 y algunos no son ni sargentos. Por eso es posible que un guardia civil cite a Lacan. Es chocante, pero posible".

Sostiene Silva que hay dos tipos de escritores, los que aspiran a ser "selectos" y los que buscan incluir al mayor número posible de seguidores en lo que hacen. Él se incluye en el segundo grupo. "Para mí, el desafío no es dirigirme a un círculo de iniciados con los que comparto unos misterios, sino contar las cosas que a mí me interesan de manera que le puedan interesar a cualquiera. El verdadero desafío es que la misma historia le pueda interesar a un chico de 18 años y a una mujer de 80".

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