El Barça cierra sin centrales

Aturdido aún por el sobrecogedor desenlace del clásico del sábado, el Barcelona agradeció ayer el cambio de aires al llegar a Leverkusen. Le puede venir bien olvidarse de la Liga y conectar con la Copa de Europa, dos competiciones opuestas, sobre todo si se compara el comportamiento de los azulgrana en los dos torneos: décimos en una e invictos en la otra, donde suman sus partidos (ocho) por victorias. Los barcelonistas, en cualquier caso, se presentan hoy en el BayArena exigidos por un calendario que no les permite concesión alguna en los dos partidos programados antes del parón invernal frente a dos rivales reenganchados a la competición: el Bayer Leverkusen y, la próxima semana, el Newcastle, pues el Inter aguarda para más adelante.

Van Gaal prevé otro partido de desgaste, de tensión psicológica, parecido al del Madrid

Nunca ha sido fácil puntuar en feudo alemán, y menos lo será seguramente esta noche si se atiende a las circunstancias que condicionan a los azulgrana, lastimados por las bajas, sobre todo la de Frank de Boer, que le deja sin ningún central una vez que Andersson y Christanval continúan recuperándose. "Todos los rivales son difíciles en su cancha", recuerda Louis van Gaal, "y más el Bayer Leverkusen, que sólo ha perdido un partido, frente al Manchester United".

"Recuerdo", agregó el técnico azulgrana con cierta sorna y refiriéndose al encuentro que disputó el Barcelona en Kaiserslautern en 1991-92, "que el dream team se clasificó en el último minuto". Diga lo que diga Van Gaal, que hoy cumple su partido número 100 en la competición europea, no está fino el equipo de Klaus Toppmöller, en la zona media baja de la Bundesliga y clasificado a última hora para la Liga de Campeones.

Ocurre, sin embargo, que el Barcelona tampoco está para grandes desafíos. Los últimos tres encuentros ligueros han sido muy sospechosos. Únicamente ha marcado un gol, y de penalti; salió derrotado de Riazor y no pasó del empate a cero frente al Madrid. A Van Gaal, sin embargo, el equipo le ha gustado tanto, sobre todo el segundo acto del pasado sábado, que parece dispuesto a darle una vuelta de tuerca más. A juzgar por el entrenamiento de ayer, Riquelme estrenará su condición de azulgrana a todos los efectos en el banquillo junto a Saviola mientras Navarro recuperará su plaza en el flanco zurdo y Rochemback barrerá en el doble pivote. La ausencia de Frank de Boer, que en el entrenamiento de ayer sufrió una lesión muscular que le aparta del partido de hoy y del de Anoeta, obligaría a Cocu a retroceder a la demarcación de libre, en un intento de darle salida a la pelota.

El Barça parece dispuesto a ponerse una chaqueta metálica para defender a un rival que, de acuerdo al sentir de sus jugadores, comete las mismas estupideces defensivas que los azulgrana: "Nos pierden los errores defensivos", proclama Ramelow, mientras Toppmöller responde: "Veo vulnerables a los azulgrana". Las bajas de Nowotny y Juan le han jugado una mala pasada y a Balitsch le falta crecer un palmo para parecerse a Ballack, en el Bayern Múnich, ya eliminado, aunque a Van Gaal quienes más le gustan son Schneider y Babbic. Van Gaal prevé otro partido de desgaste, de tensión psicológica, parecido si se quiere al del Real Madrid, cuyas secuelas continúan martirizando a los barcelonistas.

Bayer Leverkusen: Butt; Sebescen, Lucio, Ramelow, Placente; Schneider, Balitsch, Basturk, Babbic; Brdaric y Berbatov.

Barcelona: Bonano; Puyol, Reiziger, Cocu, Navarro; Xavi, Rochemback; Mendieta, Gabri, Motta; y Kluivert.