Los conservadores arrasan en Austria a costa del ultra Haider

Los conservadores del canciller federal Wolfgang Schüssel obtuvieron ayer una victoria histórica en las elecciones celebradas en Austria al lograr el 42,3% de los votos a costa del estrepitoso hundimiento de los ultras de Jörg Haider, que caen del 27% de los sufragios obtenidos en 1999 a tan sólo el 10,2%.

El triunfo de los conservadores acaba con toda capacidad de influencia del líder ultraderechista en la política austriaca y es también una reivindicación personal de Schüssel, quien alcanzó hace tres años la cancillería mediante una coalición con el partido de Haider (FPÖ). Aquella decisión le acarreó fuertes críticas de la comunidad internacional e incluso sanciones por parte de la Unión Europea. A la vuelta de tres años los electores han premiado a Schüssel casi en la misma medida en la que han castigado a Haider.

Los socialdemócratas y los Verdes son los grandes damnificados del éxito de los conservadores. Quedan muy por debajo de las expectativas creadas por las encuestas, que auguraban incluso la posibilidad de una coalición rojiverde como la de Alemania. Justamente la crisis económica que sufre Berlín fue utilizada a fondo por los conservadores en las últimas semanas de campaña para ahuyentar al electorado de una alternativa de izquierda. Si bien los socialdemócratas del SPÖ mejoraron sus resultados de 1999 al lograr el 36,9% de los votos, los Verdes obtuvieron tan sólo el 9% de los sufragios.

Pese al triunfo de los conservadores del partido popular ÖVP, que se convierte en el primer partido del país tras desplazar a los socialdemócratas a la segunda plaza por vez primera en 36 años, su líder deberá negociar una nueva coalición para formar Gobierno al contar con sólo 79 diputados en un Parlamento de 183 escaños.