El Festival de Marionetas difunde las tradiciones de Vietnam y Hungría

Fue hace hoy exactamente 20 años. La compañía donostiarra Txontxongillo inauguraba en Tolosa con el espectáculo Printze Txikia la primera edición del Festival Internacional de Marionetas. Desde entonces ha levantado más de 1.000 veces el telón para adentrar a cerca de 200.000 personas en el mundo de la fantasía. En esta edición, que arrancará hoy como hace 20 años, ofrecerá la posibilidad de ver las marionetas sobre el agua de Vietnam y de conocer en profundidad la tradición del títere húngaro.

El Festival de Marionetas de Tolosa, que se celebra desde hoy hasta el próximo 1 de diciembre, nació en 1983 como una modesta propuesta para despertar la sensibilidad de los niños por las artes escénicas. Pero se ha convertido con los años en uno de los eventos clave del títere en Europa. Fundamentalmente, porque su programación ha estado abierta a todos los estilos, técnicas y tradiciones.

Más de 200 compañías de 18 países de todo el mundo han participado a lo largo de dos décadas en un certamen que quiere ahora reconocer a las "compañías que han marcado con una huella especial las diferentes etapas del festival", según dijo ayer su director, Miguel Arretxe. Por eso, reserva uno de los momentos más especiales de su vigésima edición, el de la inauguración, a Txontxongillo taldea, que representará, como hace 20 años, Printze Txikia. "Las cosas bien hechas", recalcó Arretxe, "no pierden frescura ni interés con el tiempo".

Pero el certamen no se repetirá a sí mismo. Acogerá espectáculos de marionetas de técnicas diversas para todo tipo de públicos. Porque el programa de Titirijai 2002 incluye la presencia de 23 compañías procedentes de nueve países, como Cuba, Argentina, Francia, Bélgica o Turquía. Su principal apuesta, o por lo menos una de las más esperadas, llegará desde Vietnam. Después de 14 años de intentos frustrados, según reconoció ayer el director del festival, la organización ha logrado atar la presencia en Tolosa de la compañía Hanoi Puppet The, que representará -cada día desde mañana y hasta la clausura de Titirijai- un montaje de marionetas sobre el agua, cuya tradición se remonta a 1121.

En todo caso, no es la única propuesta que brilla en la programación. El público infantil y familiar podrá disfrutar de Valentino, "una tierna historia de amor" de la compañía belga Figurentheater Vlinders&Co, o del clásico El soldadito de plomo, que cobra vida a través de títeres articulados, de la mano de Teatro Plus de Bulgaria. Para los adultos, el festival programa El árbol mágico, de la compañía turca Cengizözek Shadow Theatre, un espectáculo de sombras, o De tanto que te quiero..., del grupo catalán La Fanfarra-Mariona Masgaru. Todo ello en una edición que abre una Ventana a Hungria y profundiza en su tradición. Una exposición mostrará a través de 450 piezas el trabajo de 33 escenógrafos de este país.