"Si el Camp Nou me recibiera bien, sería como un homenaje"

Ronaldo ejercitó ayer una de sus sonrisas pícaras, generosas o, como diría, su presidente, Florentino Pérez, "universales". Se presentó ante las cámaras medio ojeroso tras el viaje desde Corea, donde jugó con Brasil; con un sacón azul marino y el cráneo ya poblado por una cabellera incipiente. "Éste es un partido muy importante porque regreso al Camp Nou, donde viví un año espectacular", dijo recordando el curso 1996-1997.

Luego, especuló sobre el recibimiento de los que fueron sus hinchas y no quedó claro si se trataba de una ironía o de una prueba de la más plana honradez: "Voy tranquilo y espero marcar goles. Me haría ilusión que me recibieran bien. Sería como un homenaje". Ronaldo no se siente en la piel de Figo, otro ex azulgrana que fue masivamente vituperado en su regreso al terreno barcelonista, hace dos años. Comparada con la experiencia del portugués, su paso por el club catalán fue una experiencia casi superficial. Ayer, Figo procuró no abrir la boca. "No comentaré nada sobre el partido", dijo con aire adusto. Por lo pronto, el grupo blanco fue recibido anoche en el aeropuerto de El Prat por unos mil enfervorizados seguidores, que reclamaron especialmente fotografiarse con Figo y Ronaldo.

Del Bosque: "Si el brasileño no se mueve, es imposible darle el balón"

La desconexión entre Ronaldo y sus compañeros del Madrid alimenta desde hace dos días un debate que es como una reproducción más solemne del que abrió Anelka en 1999. Fue el propio brasileño el que lo activó al subrayar que con Brasil golea porque sus compañeros de la selección le comprenden: "He jugado un gran partido [ante Corea marcó dos goles] sobre todo porque en el equipo me conocen y saben cómo jugar conmigo".

Inmediatamente, en Madrid, la plantilla blanca y su entrenador, Vicente del Bosque, interpretaron que el suramericano, como Anelka, aludía a la falta de balones largos que padece. En un Madrid que ha hecho de la pelota al pie casi una tradición, los puntas rara vez reciben un pase a los espacios. Es extraño que se intente un contragolpe explotando la velocidad de los delanteros como Ronaldo. "He dicho una cosa muy normal", explicó ayer el campeón mundial, extrañado ante una "polémica" que describió como "exagerada".

"Nosotros nos adaptamos a sus características", dijo Del Bosque, a su vez, al diario As tras conocer las declaraciones de Ronaldo en Corea. La cuestión: ¿jugará el Madrid para Ronaldo como juega Brasil, buscándolo continuamente con pases largos? El técnico explicó que el éxito del delantero no depende sólo de sus compañeros: "Hay dos puntos fundamentales. Primero, que exista el movimiento [por parte de Ronaldo]; luego, que, si el movimiento se produce, alguien le pase el balón. Si no hay movimiento, es imposible que se lo den. Todo lo da el conocimiento. Anel-ka era un jugador ideal para este tipo de juego y no cuajó".