`En todas mis películas se refleja la situación de Euskadi`
El conocido y personal sentido del humor de Álex de la Iglesia, que ha estrenado recientemente 800 balas, no parece tener fronteras ni asuntos prohibidos. Incluso alude sin pudor a su físico y dice: "Estoy llegando casi a la forma esférica; vivo una vida que profundiza en las cosas buenas: el cordero, el bacalao, el alcohol,..."
Pregunta. ¿Ha ido divirtiéndose menos con su trabajo a medida que subían los millones necesarios para hacer una de sus películas?
Respuesta. No, no, todo lo contrario. Además, eso no se nota. Uno está haciendo una película y, aunque pueda parecer frívolo y un poco falso, no te preocupas de lo que te cuesta. Sólo de lo que ruedas en ese momento.
P. ¿Pero sigue divirtiéndose igual, como al principio?
R. Igual. Como todo el mundo que es bien nacido. No creo que haya nadie que haga esto por sufrimiento, ni por un deber. No hay cosa más maravillosa en el mundo que hacer lo que uno quiere.
P. Y usted puede tener esa fortuna.
R. Sí, y tengo que agradecerlo todos los días. Por eso tengo el deber de divertirme.
P. Su última película ha sido la primera que ha producido Pánico Films, su propia productora. ¿De qué manera ha influido?
R. Un productor normal no habría hecho una película tan cara con este guión. Lo bueno que tiene producir una película es que tú sabes en qué te gastas el dinero, en qué invertir más esfuerzo.
P. ¿Se hace una película mejor si el que la produce es uno mismo?
R. Creo sinceramente que sí.
P. Usted hace películas arriesgadas, en temática, en puesta en escena, pero también físicamente.
R. (Risas) Sí, sí, incluso para mí, no sólo para los actores. Hacer cine es correr riesgos, es como jugar a la ruleta, como el casino. Tú apuestas por una idea y apuestas en todos los sentidos. Consideras al riesgo parte de tu trabajo.
P. En sus películas existe una tensión entre comedia y drama, risa y terror y, en la última, entre ficción y realidad. ¿Siempre juega con los opuestos?
R. Eso pretendo. Lo hago para que las cosas tengan más fuerza, para que haya más contraste. Creo que el contraste es la base de todo.
P. Usted ha dicho que el 90% de las personas que intervienen en 800 balas procede del País Vasco. ¿Qué tiene Euskadi para que surjan tantos profesionales del cine?
R. No lo sé. Yo me limito a trabajar con la gente que creo que es competente y da la casualidad de que mi equipo es un equipo vasco. Somos como emigrantes, que nos vamos a Madrid a trabajar.
P. ¿Hay buena cultura cinematográfica en Euskadi?
R. Sin duda, sí. No solamente por el Festival de Cine de San Sebastián. Aquí hay una tradición cinematográfica, mucha gente que se ha dedicado al cine. Y también mucha gente que ve mucho cine.
P. ¿Cree que los intelectuales tienen que actuar en cierta medida como conciencia de lo que sucede en su tierra?
R. Posiblemente sí.
P. ¿Usted vive con preocupación lo que sucede en el País Vasco?
R. No solamente con preocupación, sino con angustia.
P. ¿Qué le parece la propuesta de Juan José Ibarretxe?
R. A mí me gustan las soluciones e Ibarretxe está planteando una solución.
P. ¿Le gustaría hacer una película sobre la situación en el País Vasco?
R. De alguna manera, ya la he hecho. En todas mis películas, de una forma u otra, hablo de ello. Es algo que no puedo evitar. Es una cosa que me preocupa, que tengo en la cabeza y que, de una manera u otra, me sale.
PERFIL
Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) se inició en el mundo del cine con el cortometraje 'Mirindas asesinas' y en los largometrajes con la excesiva 'Acción mutante'. Dueño de un mundo desaforado poblado por 'freaks', fue su segunda película 'El día de la bestia' la que lanzó a este director de culto al estrellato cinematográfico. Cada proyecto suyo, bien aderezado con su peculiar sentido del humor, es celebrado por 'fans' y profesionales.
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