El Recreativo hace bueno al Alavés

El Recreativo es una bendición para todos sus compañeros de categoría. Es el psicólogo de la Primera División, el equipo que consigue elevar la autoestima de todos los demás, incluso aquéllos tan desarrapados como el Alavés. A la par del Recre, los jugadores de Mané parecieron un equipo de otra galaxia. Nada que ver con el que pena por la Liga y penó hasta el jueves por la Copa de la UEFA, defectos que no se le habían conocido en un lustro. Habrá que convenir, entonces, que, por muy mal que se encuentre el Alavés, aún coexisten otros equipos por la categoría con peores perspectivas.

El Recre tiene la candidez y el entusiasmo de los equipos pequeños, pero le falta algo imprescindible: calidad. Su técnico, Lucas Alcaraz, planteó un choque en un palmo de terreno para fomentar el alboroto y que la velocidad de sus puntas hiciera el resto. Pero ni sus jugadores supieron interpretar la presión en el centro del campo ni en la delantera tiene gente solvente cuando le falta, como ayer, su principal valedor, Raúl Molina. El Recreativo pensó que estaba jugando mejor y, sin embargo, cuando se dio cuenta, ya perdía por 2-0.

El Alavés lo hizo demasiado fácil. De golpe y porrazo, como una ilusión óptica, se le resolvieron todos sus problemas. El equipo más goleado de Primera mantuvo su portería a cero. Descubrió que hay algo más que el recurso del pelotazo. Y que es posible un partido tranquilo.