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El 60% de las casas del casco de Cádiz sufren humedad o plagas

Un informe de la oficina de rehabilitación de viviendas del casco histórico de Cádiz, dependiente de la Junta, advierte sobre el alto grado de deterioro que sufren los edificios del casco antiguo de la ciudad. El estudio concluye que el 60% de los inmuebles están afectados por problemas de humedad o plagas de termitas, polillas y hongos que afectan a las estructuras de los edificios y a las vigas de madera empleadas para las construcciones. Así mismo, el trabajo señala que la antigüedad de los sistemas de saneamiento en el centro urbano gaditano está generando desniveles en el terreno que desestabilizan la cimentación de los edificios.

Como resultado de estos desniveles han aparecido grietas, o se ha producido la filtración de humedad en los muros de carga y la pudrición de las vigas de sujeción. Estas circunstancias, asímismo, afectan a los tendidos de suministros eléctrico, sometido a niveles de humedad por encima del máximo recomendado y las redes de cañerías y bajantes, que presentían fracturas.

Pero este no es el único problema que sufren los muros: en casas que hacen esquina o que tienen tres fachadas, los muros pueden vencerse hacia la calle o llenarse de grietas debido un desplazamiento agravado por la falta de trabazón de los muros de carga. Las paredes más afectadas son las de fachada y las de patio, especialmente en las zonas más altas.

Los techos y suelos, es decir, las estructuras horizontales, son los que más deterioro han sufrido a lo largo del tiempo; la Oficina de Rehabilitación calcula que un 60% de los forjados de las casas revisadas están en mal estado y son irrecuperables. La consecuencia es que difícilmente se pueden conservar las viguerías a la hora de emprender obras, aunque la Junta intenta conservarlas en zonas visibles.

El trabajo, firmado por el arquitecto José Luis Suárez Cantero, concluye, según publicó ayer Diario de Cádiz, que el estado del conjunto de viviendas es "deplorable". El informe establece la necesidad de acometer actuaciones, algunas de ellas, muy básicas, para impedir la declaración de ruina de los inmuebles. Por ejemplo, el arquitecto desaconseja el uso de tela asfáltica para la protección de techumbres, porque este sistema impide la normal evacuación de las aguas de lluvias que, al acumularse, puede sobrecargar el inmueble y, por el contrario, insiste en la necesidad de mantener correctos sistemas de ventilación interna que permita el secado de las zonas húmedas.

La Junta ha actuado en 1.300 viviendas en Cádiz con un presupuesto de 60 millones de euros.

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