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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

Profesiones para una nueva sociedad

Círculo de Progreso identifica 21 yacimientos de actividad y explica las habilidades necesarias para acceder a ellos

Tener conocimientos específicos para la actividad que se va a desarrollar no es suficiente para garantizar la empleabilidad de los profesionales cualificados. Cada vez más, intangibles como la gestión del tiempo, la capacidad para aguantar la presión y la capacidad de liderazgo son imprescindibles. Este tipo de habilidades se exigen en muchos de los yacimientos de empleo, las nuevas actividades económicas ligadas a la transformación de la sociedad. Hasta 21 ha identificado Círculo de Progreso.

El 19% de los nichos ocupacionales se relaciona con trabajos que tradicionalmente ha desempeñado la familia

Las transformaciones que las sociedades experimentan tienen su reflejo en el mundo del trabajo. Empleos que hace décadas estaban muy valorados, muchas veces han dejado de existir, mientras nacen con más o menos intensidad nuevas actividades que la sociedad demanda y que tardan en ser cubiertas, generadoras por tanto de puestos de trabajo. Son los denominados yacimientos de empleo, íntimamente ligados a la evolución de la actividad económica y social. Saber cuáles son, qué potencialidad de generación de empleo tienen y qué habilidades habrá que tener para cubrirlos, es el objetivo del informe que Círculo de Progreso ha realizado, con un horizonte hasta el año 2006, y que, según la directora de la entidad, María Benjumea, "nace con vocación de continuidad". "Pretendemos dar una orientación rigurosa sobre la futura evolución del mundo del trabajo, la formación y el desarrollo profesional", dice.

Más de treinta expertos, procedentes de actividades tan diversas como la Administración pública, la educación superior, la industria tradicional, nuevas tecnologías, servicios y consultorías, han identificado en el informe hasta 21 yacimientos y 11 habilidades determinantes para el éxito profesional.

Según esta clasificación, los yacimientos se agrupan en cinco categorías (véase cuadro). La primera es la de nuevos servicios de empresas. Se trata de actividades que, o bien asume la propia empresa como consecuencia de su especialización, o actividades que externaliza. El 19% de los yacimientos identificados pertenece a una segunda categoría, la de nuevos servicios sociales, que son oportunidades de empleo asociadas a tareas que antes desarrollaba la familia, como la atención infantil o geriátrica. Las nuevas tecnologías; las actividades relacionadas con la sociedad del ocio, como el deporte, y las que tienen que ver con el riesgo, como protección privada o sanidad preventiva, conforman el resto de las categorías.

De entre todas las actividades catalogadas, son las de telecomunicaciones las que, según el estudio, presentan la mayor potencialidad de crear empleo. En una puntuación de 0 a 10, presentan 7,67 puntos, seguida de atención geriátrica (7,47); y sanidad preventiva (7,37). Entre las que tienen potencial medio están los servicios financieros (5,76) o la biotecnología (5,14), mientras que las actividades relacionadas con el desarrollo de la competencia o con redes comunales son las de menor potencial.

Los yacimientos muestran una demanda de capacidades muy diferenciada. El informe clasifica las que cree fundamentales en cuatro grupos: conocimientos especializados, que incluye idiomas e informática; habilidades relacionales, como la capacidad de convicción, de venta y la red de contactos; organizativas (liderazgo, innovación y dirección de equipos); y automotivacionales (tolerancia a la tensión; gestión del tiempo y ética). Algunas, como los conocimientos especializados, estarán generalizadas entre los profesionales en 2006 y serán un requisito imprescindible para encontrar empleo. Otras, como el liderazgo y la capacidad de convicción, estarán presentes en buena parte de los candidatos a encontrar trabajo, pero no en su totalidad, y hay otras, como las automotivacionales, que sólo tendrá una minoría.

La cobertura

Uno de los aspectos más interesantes del estudio -que analiza en detalle cada yacimiento- es la relación que existe entre el desarrollo de las habilidades y su demanda en el mercado o, dicho de otra forma, las carencias que tienen los candidatos frente a las habilidades que requieren los yacimientos. Así, mientras el desarrollo de los conocimientos específicos cubre de sobra las necesidades demandadas, no ocurre los mismo con el resto. El mercado pide más habilidades relacionales, organizativas y de motivación de las que se desarrollan.

Las cualidades que se exigen para desarrollar las distintas actividades también son muy diferentes en función de la categoría profesional. Así, mientras la habilidad más requerida para los técnicos es la de conocimientos específicos, a los mandos lo que se les exige es capacidad de organización y a los directores, casi por igual, habilidades relacionales y automotivacionales. Dando por hecho que idiomas o informática son requisitos imprescindibles, aspectos como la gestión del tiempo o la ética ocupan, en su caso, el primer lugar.

La inversión, al margen

La inversión que necesitan los yacimientos de empleo para su desarrollo no es, ni mucho menos, directamente proporcional a su potencial de creación de empleo. Así, hay sectores como el de las nuevas fuentes de energía, que son intensivos en capital, bien sea por la inversión que requieren sus infraestructuras o por el peso que tiene el área de investigación y desarrollo, y, sin embargo, sus expectativas de creación de trabajo son menores que en otros.Según la inversión requerida, el informe establece tres tipos de yacimientos: intensivos en capital o con elevadas necesidades de financiación; yacimientos con necesidades medias y extensivos en capital o con escasas necesidades.En el primer grupo, y de mayor o menor exigencia de financiación, se sitúan nuevas fuentes de energía; sanidad; biotecnología; servicios financieros y telecomunicaciones. Otros como atención geriátrica, riesgos laborales, educación preescolar, logística o sistemas de información se sitúan en la franja media, y entre los extensivos en capital están la domótica -informática aplicada a la casa-, redes comunales, desarrollo de la competencia o nuevos deportes.En general, se podría decir que los nuevos servicios empresariales tienen un elevado potencial de generación de empleo por unidad invertida, mientras ese potencial es relativamente bajo en los yacimientos tecnológicos y en aquellos afines a la sociedad del riesgo.

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