Yugo
Desde que se levanten de la cama los chavales hasta que se acuesten, las televisiones tendrán que cuidar sus contenidos. El comité ad hoc deseado por Chirac, encargado para reflexionar sobre la violencia y la televisión, ha expuesto la hipótesis de una influencia peligrosa de ciertos espectáculos violentos en los espíritus inmaduros de los niños. (...) El comité parece que ha encontrado el punto medio entre la 'restauración de valores' (...) y el liberalismo prudente pero abierto a los vientos de modernidad. (...) Las conclusiones del informe han provocado reacciones contradictorias. (...) Admitiendo que la pornografía tenga sitio en la televisión, (...) el comité le concede una legitimidad inédita cuando algunos soñaban en voz alta con su erradicación total. Las conclusiones del comité son chiraquianas en un sentido casi químico: respetan las dosis entre neoconservadurismo y obsesión por lo hortera que se observan en ciertos ámbitos. Si debemos mostrar preocupación, no se debe tanto a las medidas inmediatas que se recomienda adoptar en el informe como a la dirección hacia la que señala. Los dispositivos de censura moderados que propone pueden convertirse, puestos en malas manos, en un verdadero yugo. La revisión del procedimiento de calificación de las películas podría desembocar en un debilitamiento de la producción cinematográfica. En cuanto a la violencia, la televisión es muchas veces el chivo expiatorio, la causa engordada entre otras diez causas de comportamiento antisocial. Pero si el mundo mismo es violento, ¿cómo preservar a los niños?
París, 15 de noviembre
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