Moyà muestra su poder
Costa, con molestias en la espalda al final, cayó en un partido vibrante
Carles Moyà jugó ayer uno de sus partidos más serios. Todas las bocas suspicaces se callaron cuando conectó el golpe que le daba el partido. Superó a Albert Costa, con molestias en la espalda en los últimos juegos, por 7-6 (9-7), 3-6 y 6-4 en dos horas y 45 minutos sin importarle el desgaste físico que eso le supuso para las semifinales de hoy. 'El deporte debe ser limpio', afirmó. Y, según esa premisa, se ofreció por completo en una cita en la que tenía poco que ganar, pero de la que dependía la clasificación de su amigo leridano o la de Lley-ton Hewitt. Costa se quedó fuera. El australiano se enfrentará al suizo Roger Federer.
No fue fácil ni para Moyà ni para Costa. El debate que se había generado sobre la honradez y la profesionalidad en el tenis les afectó. Los dos confesaron, a la conclusión, que habían intentado alejarse de las especulaciones y centrarse en el juego. Pero Moyà fue más lejos. Reconoció que haber perdido habría levantado un sinfín de comentarios. 'Hay gente que no es buena. Habría dicho cosas y me habría hecho mucho daño', dijo; 'ha sido la victoria de la que menos me he alegrado, pero perder habría sido muy duro para mí. Ambos salimos a ganar. Me habría dolido más que alguien pensara mal que una hipotética derrota. Esta noche podemos irnos a dormir tranquilos'.
Es probable que las dudas que se esgrimieron creara una presión suplementaria a Moyà y Costa. Pero para el mallorquín existió también un debate interno, ya que sabía que el sobreesfuerzo podría perjudicarle hoy. Por otra parte, se enfrentaba a un español y no deseaba apartarle de las semifinales: 'En mi fuero interno quería que Costa se clasificara, pero ganándome en la pista. Somos profesionales y eso lo tenemos asumido. Todo lo que he ganado lo he logrado yo. Nadie me ha regalado nada. Y a Albert tampoco. Por eso acabo contento conmigo mismo'.
Su partido ofreció un espectáculo con todos los ingredientes: grandes golpes, incertidumbre, desgaste físico, épica y pasión. Todo eso se mezcló en el New Expo Center. Pero todo ello se esfumó cuando Costa comenzó a sentir molestias en la espalda. El lance había entrado ya en su fase decisiva. Moyà lo dominaba la manga decisiva por 4-3 y 15-30 cuando el leridano decidió, justamente antes de sacar, pedir asistencia al masajista del circuito. 'No pienso que sea muy grave, pero me preocupa porque por estos mismos problemas tuve que abandonar en Madrid y aquí acabé mal', declaró.
A Costa, que cedió una pelota de set en el desempate inicial, se le escapó su mejor oportunidad cuando dispuso de 15-40 sobre el saque de Moyà en el séptimo juego de la manga decisiva. Después no pudo seguir defendiendo sus opciones.
La de hoy es la tercera semifinal del Masters que dispute Moyà. El mallorquín ha alcanzado al menos esta ronda las tres veces en las que ha participado: 1997, 1998 y 2002. En la segunda llegó a la final y la perdió ante Àlex Corretja.
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