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Crítica:POP | JUANES
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Para todos los públicos

Para la presentación de estos dos nuevos ídolos musicales -uno más que otro- que vienen allende el océano se registró un importante lleno en la sala, y eso a pesar de que la normativa que impide el paso de menores a salas de concierto en las que se expende alcohol rigió de modo implacable.

Para pasmo de Kafka, ¡no pueden entrar ni acompañados de sus padres! Fue una lástima, porque el concierto podría haberse calificado perfectamente como 'para todos los públicos'. Abrió el argentino Coti, quien mostró su disposición a ocupar el trono de Andrés Calamaro en ausencia de éste. Pop de guitarras, fresco y con cadencia argentina al que sólo parece faltarle un puntito de dureza para que no parezca sólo carne de radiofórmulas.

Juanes + Coti

Sala La Riviera. 20 euros. Madrid, 13 de noviembre.

Sería una pena que, cantando temas tan bonitos como Antes que ver el sol, este músico nacido en Rosario con cara de chico bueno se quede sólo en la superficie de la música.

El colombiano Juanes, en cambio, parece una perfecta simbiosis entre lo que se espera de un guapetón latino al uso y la rotundidad que introduce su sonido: batería con punch y guitarras que suenan a rock complementan unos ritmos claramente deudores del vallenato. Con la audiencia previamente ganada -lo que vale tener un Grammy Latino y buena planta-, Juanes fue desgranando los temas de sus dos elepés hasta la fecha: Fíjate bien y Un día normal. Desde su irrupción a escena se le vió con seguridad y aplomo y sacando partido a sus virtudes artísticas, que son muchas. Aferrado a su guitarra eléctrica, o bien cantando con las manos libres, Juanes dio rienda suelta a un repertorio lleno de páginas de amor apasionado, pero en las que no faltan tampoco los temas sociales. Entre el material interpretado, cabe destacar la ejecución de Podemos hacernos daño, Luna o la multirradiada A Dios le pido, que fue aplaudida, coreada y bailada por todos los asistentes.

Como único punto negro, la monotonía que se desprende del carácter lineal de un estilo musical que necesita de alguna que otra sorpresa para hacer sus conciertos más variados e interesantes.

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