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Entrevista:PEDRO SOLBES | Comisario de asuntos económicos

'Como árbitros, tenemos que pitar cuando hay penalti'

Los zarandeos contra el Pacto de Estabilidad y Crecimiento le han colocado en el ojo del huracán desde hace meses, pero el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes (Pinoso, Alicante, 1942), prefiere responder con su habitual prudencia a quienes le atacan. Lo hizo incluso cuando el propio presidente de la Comisión, el italiano Romano Prodi, calificó el mes pasado de 'estúpido' el rígido método de aplicación de esa norma básica de la Unión Económica y Monetaria. Al día siguiente de anunciar que el Ejecutivo comunitario lanzará la semana próxima sus amonestaciones a Berlín y París por desviarse de las obligaciones que impone el Pacto, Solbes repite que él es 'un árbitro' obligado a hacer cumplir las reglas que los propios Estados de la UE han pactado. Pero esta semana está más preocupado porque, según las previsiones económicas que presentó el miércoles, la recuperación de la zona euro se retrasa un año.

'Hay factores positivos que nos permiten pensar que el crecimiento europeo aumentará'
'El techo del 3% del déficit y el equilibrio presupuestario son inamovibles'
Más información
Solbes lanzará este mes las alertas contra Alemania y Francia por sus elevados déficit
Contexto económico:: La nueva Europa

Pregunta. ¿Se siente pesimista a raíz de la revisión a la baja de las previsiones económicas?

Respuesta. Sí, puesto que el crecimiento será menor que el previsto. Pero tan pesimista como para decir, como he escuchado, que estamos abocados a una situación de recesión, en absoluto. Todavía estamos hablando de crecimientos significativos en Europa. Es cierto que en la zona euro hay un problema muy identificado: Alemania. No ya por los problemas actuales, sino por todo el efecto que arrastra desde la unificación. Dado su peso en Europa, lógicamente afecta a todo el mundo hacia la baja

P. Con un 0,4% de crecimiento este año, en Alemania hay que hablar de estancamiento, no sólo de frenazo.

R. Hay una cierta paralización. No cabe la menor duda. Y nos preocupa a todos mucho. Y Alemania tiene necesariamente que poner en marcha las medidas para mejorar esa situación. Somos conscientes del coste de la reunificación, pero también debe abordar reformas de mercado para aumentar el crecimiento potencial.

P. ¿También para reducir su déficit excesivo?

R. Desde el punto de vista del Pacto de Estabilidad, debe conseguir un equilibrio entre las obligaciones presupuestarias sin que tenga un impacto restrictivo en el crecimiento. Ya propusimos en septiembre a los países que tuvieran problemas que, en vez de forzarles a una drástica reducción del déficit en dos años, hicieran esfuerzos de reducción progresiva.

P. El Gobierno alemán ha dado garantías de que así lo hará.

R. Este año la posición de partida es mala, con un déficit aproximándose al 4% del PIB. Nos tenemos que fijar en cómo mejorar la situación en 2003. Con un crecimiento del 1,4% el año que viene, el déficit alemán se situaría en el 3,1%, un dato que nos seguiría preocupando. Pero si las medidas pactadas en el seno del Gobierno alemán se materializan, podrían acabar el año 2003 por debajo del 3%. Pero es imprescindible que lo pactado se aplique.

P. Una vez lanzado el procedimiento por déficit excesivo contra Alemania, si este país acaba 2003 con un déficit superior al 3%, ¿qué escenario podría producirse?

R. Hablamos ya de 2004, cuando se sepa el déficit de 2003. Si se produjera un incumplimiento obvio, podría llegarse a los mecanismos sancionadores que acabarían primero en un depósito y luego en multa, pero estamos muy lejos para hablar de eso.

P. En febrero, el Ecofin ya anuló el aviso contra Alemania. Ahora ya no ocurrirá eso.

R. Ha habido un ejercicio de coherencia por parte de Alemania. El primer aviso podría ser discutido, pero desgraciadamente los acontecimientos nos han dado la razón. Pero ahora es distinto porque el Tratado es muy claro: si se supera el 3% hay que lanzar el procedimiento.

P. Alemania dice que lo acepta, pero también avisa, junto con Francia, que además del déficit deben tenerse en cuenta la inflación, el paro, la productividad...

R. Estamos hablando de dos cosas distintas. El Pacto se basa sobre déficit y deuda. Lo que plantean Alemania y Francia está bien pero no para el Pacto, sino para la coordinación de políticas económicas. Ya hemos presentado al Ecofin un documento que explica las diferencias de inflación entre países, y algunos deben hacer esfuerzos claros para acercarse a la media de la eurozona.

P. Es el caso de España.

R. No sólo.

P. Usted se ha convertido en el gran guardián del Pacto, atacado incluso desde dentro de la Comisión.

R. Mi idea es muy clara. Primero, pertenezco a la Comisión Europea y se nos ha nombrado para aplicar las normas en vigor. Lo que estoy haciendo es aplicar las normas en vigor. Además de ser comisario, se nos ha nombrado árbitros de este partido y, como árbitros, tenemos que pitar cuando hay penalti o un fuera de juego.

P. ¿Se siente usted suficientemente apoyado?

R. Me siento apoyado por mi función. He sido nombrado comisario independiente con un estatus muy excepcional por cinco años para hacer ciertas cosas y para no sentirme influido por poderes externos. Y sobre esa base estoy trabajando.

P. ¿Cuál es el futuro del Pacto?

R. El Pacto nos pone de relieve que, si se quiere tener margen de gasto en los periodos malos, hay que tener ahorro en los buenos. Eso no se entiende bien y tiene una incidencia fundamental a la hora de tener unas políticas económicas sanas. No echemos más madera a la máquina cuando las cosas van bien para que vaya más deprisa. Ésa es la lógica del sistema. ¿Esto quiere decir que el Pacto va a ser siempre igual? El Pacto tiene elementos suficientes para aplicarlo con sentido económico a las distintas situaciones que hasta ahora se nos han planteado. Lo que creemos es más coherente un sistema en el que la Comisión haga propuestas y tenga una cierta capacidad para incidir en el resultado final, sobre todo en una Europa ampliada, que el sistema actual en el que las decisiones se toman entre ministros que se atacan.

P. ¿Pero algunos lo interpretan como una flexibilización?

R. Es muy importante que los conceptos estén claros. El techo del 3% de déficit y el equilibrio presupuestario a medio plazo son inamovibles. A partir de ahí se pueden discutir otras cosas, como las fechas. Pero lo que no podemos tener es una libertad fiscal por parte de cada uno de los Estados miembros que afecte con sus decisiones al resto y a la política monetaria. Estamos en un club y hay que tener unas reglas y respetarlas.

P. ¿Cuáles son los riesgos para las economías de la UE?

R. Hasta ahora el principal ha sido la menor generación de actividad mundial. El año que viene será mejor. La segunda preocupación ha sido la caída en el mercado de valores, que pensamos que ha tocado fondo. En el precio del petróleo hay una incertidumbre. Por otro lado, hay una mejora lenta de la inflación que nos da un contexto más favorable, hay un mejor comportamiento del crecimiento del empleo y, aparte del déficit, no tenemos grandes desequilibrios. Hay una serie de factores positivos que nos debería permitir pensar que conforme la situación actual se vaya resolviendo, el crecimiento europeo aumentará.

Pedro Solbes.
Pedro Solbes.REUTERS

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