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LA RETIRADA DE LA MEJOR DEPORTISTA ESPAÑOLA DE TODOS LOS TIEMPOS
Columna
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Dimensión impresionante

Lo que más impacta de Aranxa Sánchez Vicario es la impresionante dimensión que ha dado a su carrera deportiva. Sus logros han sido tan enormes que le han convertido ya no sólo en una leyenda del tenis, sino también de todo el deporte español.

Con todo lo difícil que resulta comparar los logros de diferentes deportes, Arantxa ha sobrepasado barreras que parecían inalcanzables tanto en el tenis como en otras muchas disciplinas dentro del deporte femenino.

Al margen de Lili Álvarez, en la década de los veinte, no había surgido una tenista del calibre de Arantxa, y tampoco de Conchita Martínez, en la historia de este deporte. Sus principales valores no han sido sólo la cantidad y la calidad de sus triunfos, sino la longevidad que las ha acompañado y que todavía se prolonga en el caso de la aragonesa.

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Arantxa habría podido continuar, pero para hacerlo hubiera tenido que mejorar el saque y tomar un poco más la iniciativa en los partidos para contrarrestar la potencia y el toque de calidad que han aportado las hermanas Williams y las nuevas jugadoras del Este de Europa. En el mismo caso que Arantxa está Martina Hingis, otra jugadora que basa su juego en el toque y en la estratagia más que en la fuerza física y en la velocidad de la bola.

Arantxa, especialmente, ha mantenido siempre una actitud positiva no sólo en la pista, sino también fuera de ella, que le han dado un carisma y una dimensión distinta. Ella no es de las jugadoras que pasan por el circuito y quedan olvidadas.

Arantxa supo siempre sacar el máximo rendimiento a sus cualidades y se ha convertido en una figura emblemática. Y ahora la Federación Española debería ser capaz de aprovechar todo este potencial, la estela de simpatía que dejó tras ella, para que trabajara en la base y liderase la remontada de nuestro tenis femenino.

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