En Málaga, como en agosto
En Málaga ha habido incendios históricos en noviembre. En 1975 hubo dos fuegos que arrasaron 17.000 hectáreas y duraron cuatro días. Los tres incendios de este fin semana han quemado casi 200 hectáreas. De todos modos, el balance es negro. En las tareas para extinguir estos tres incendios, intervinieron unas 450 personas; una de las cuales permanece en estado grave, con quemaduras en el 20% de su cuerpo. Dos de los siniestros fueron producto de la negligencia y el otro, intencionado. De momento, hay un detenido. En lo que va de año, han sido arrestadas 74 personas en la provincia, 22 más que en todo 2001. 'Este noviembre es casi como agosto. Con el monte seco y los vientos de gran velocidad, cualquier contingencia origina un desastre', afirma el delegado de Medio Ambiente, Ignacio Trillo.
El incendio que más superficie arrasó se produjo el sábado al mediodía entre Málaga y Olías. En las doce horas que estuvo activo, devoró unas 100 hectáreas de zona agrícola abandonada. El origen fue la chispa de una máquina para cortar metales con la que trabajaban unos obreros que colocaban un quitamiedos. Las obras se realizaban en la carretera, junto a una zona de pastos secos, sin las oportunas medidas de prevención, según Trillo.
El mismo sábado, sobre las 9.30, había comenzado otro fuego, también producto de la negligencia, que según los datos provisionales acabó con cinco hectáreas de pinar, tres de encinas y algarrobos, otras tantas de matorral y 19 de pastizales abandonados. El incendio se saldó con un detenido, un bombero hospitalizado con quemaduras y dos casas que no estaban habitadas parcialmente afectadas. El arrestado, que fue puesto en libertad tras declarar, quemaba restos de una cuadra con unos vientos que soplaban a más de 90 kilómetros por hora y el fuego se le fue de las manos.
El tercer incendio, intencionado, tuvo lugar en la madrugada del viernes en Mijas y Benalmádena. Arrasó 50 hectáreas. Unas 50 personas tuvieron que ser desalojadas. La Policía autonómica y la Guardia Civil todavía no han detenido a los autores.
Frente a tanto dato negativo, Trillo apunta avances en el frente judicial. Por ejemplo, el fallo que condenó a una persona por impedir que los helicópteros cogieran agua de su piscina para apagar un incendio o la sentencia que obliga a un pirómano a correr con los gastos de extinción del fuego que provocó.
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