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Reportaje:

El susto de Aimar

Un hincha intentó quitarle los pantalones tras el partido en Alicante

Juan Morenilla

El tranquilo y apacible Pablito Aimar, 23 años cumplidos el pasado domingo, se llevó un buen susto cuando acabó el encuentro del miércoles ante el Alicante. Y no por la eliminación por tercera vez consecutiva de su equipo ante un conjunto de Segunda B (Guadix, Novelda y Alicante), que también, sino porque decenas de aficionados saltaron al césped del Rico Pérez sin que las medidas de seguridad fueran las suficientes. Entre la algarabía de hinchas que celebraron el triunfo de su equipo, un joven se acercó a Aimar para pedirle la camiseta. El argentino se negó, pues ya la tenía comprometida: era para Cristian Green, un defensa central argentino con quien coincidió en el River Plate. Y, tras la negativa del valencianista, el aficionado tuvo una reacción violenta y le bajó por detrás los pantalones al media punta argentino, se supone que para conservarlos como objeto fetiche.

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El jugador del Valencia, muy asustado, se dio la vuelta y se encaró hacia el aficionado para zafarse de su acoso. Entre ambos surgió la figura de un guardia jurado del club alicantino, que les separó y se llevó al hincha, mientras otro compañero de la seguridad del estadio acompañaba a Aimar al túnel de vestuarios. La escena fue presenciada a escasos metros, y también con cara de estupefacción, por el entrenador, Rafa Benítez, que atendía a la prensa.

El incidente, según el Valencia, demuestra la poca seguridad que hay en muchos campos en los encuentros de Copa del Rey. 'La Federación dice que la Copa es un gran torneo, pero luego no hay seguridad. Fabio Aurelio tuvo que salir corriendo y, si quieren, a Aimar le hacen de todo. Muchos aficionados le persiguieron y le rodearon al acabar el partido', explicaron ayer fuentes del conjunto valenciano.

Curiosamente, Aimar fue silbado repetidamente por una parte de la afición del Rico Pérez de Alicante, que la tomó con el argentino, a quien increpó cada vez que se acercaba a las bandas o a lanzar un saque de esquina. No hizo caso Aimar durante el partido, pero se quedó atónito al final. Alguien quería sus pantalones, su camiseta, o lo que fuera. 'Con jugadores de gran fama como Aimar puede haber algún día una desgracia. Imagínese que se cae. Con el tumulto que hay, se le caería todo el mundo encima', afirmó ayer el delegado del Valencia, Manuel Macià. 'Nunca sabes lo que puede pasar, o quién se va a meter en el campo. Es demasiado fácil saltar al césped, y eso se ha convertido en una costumbre muy peligrosa, lo toman ya como una norma', añadió Macià.

Por lo demás, Alicante vivió la clasificación como algo 'histórico'. El Alicante, fundado en 1918, es el club decano de la ciudad, pero ha vivido siempre a la sombra de su vecino, el Hércules. El Alicante ha jugado 29 temporadas en Regional Preferente, 41 en Tercera y ésta es su segunda temporada en Segunda B. Estuvo tres años inactivo durante la Guerra Civil y otros cinco sin federar. Incluso estuvo a punto de desaparecer en 1997, pero sobrevivió gracias al apoyo de varios empresarios. En la actualidad, es decimoquinto en el grupo III de la Segunda División B. Sin embargo, en cinco años ha pasado de tener 80 socios a 3.000, y esta temporada no ha perdido contra ninguno de los cuatro equipos de Primera a los que se ha enfrentado. En pretemporada derrotó al Alavés y empató con el Recreativo de Huelva, y en la Copa del Rey ha eliminado al Espanyol y al Valencia.

Un agente de seguridad sujeta al hincha que quiso quitar los pantalones a Aimar.
Un agente de seguridad sujeta al hincha que quiso quitar los pantalones a Aimar.ÁLEX DOMÍNGUEZ / LAS PROVINCIAS

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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