El Betis tuvo que remontar dos goles

Las pasó canutas el Betis en Palamós. Por momentos parecía que la proeza iba a ser posible para el equipo que preside y entrena el estadounidense Dimitri Piterman, sexto clasificado en su grupo de Segunda B. Pero el Betis reaccionó a tiempo. Nada más empezar el segundo tiempo el equipo catalán logró el 3-1 y pusso contra las cuerdas al conjunto bético.

El Palamós tuvo paciencia para esperar al Betis y dar sus zarpazos en el momento justo. El primer contratiempo para el equipo de Víctor Fernández lo causó el veloz extremo del cuadro catálán Collantes con un contragolpe y un centro que terminó el central bético Melli, que marcó en propia puerta.

Pasaba un minuto del cuarto de hora y el Palamós, gracias a juego directo y explosivo, empezaba a soñar. El Betis, hasta entonces dominador del juego, acusó las pequeñas dimensiones del terreno de juego, que se convirtió en una ratonera. Sin parte de sus estrellas -Denilson, Alfonso y Benjamín, entre otros, causaron bajo-, el Betis encargó la dirección del juego a Assunçao y con Joaquín como el referente ofensivo andaluz. El resto de atacantes béticos parecían no existir. El Palamós pronto se dio cuenta de la estrategia y se puso manos a la obra para anular al único jugador que le creaba problemas y que hacía funcionar al Betis. Hasta tres marcadores salían al paso de Assunçao cada vez que recibía el balón. Y la misma oposición se encontraba Joaquín.

Hasta que llegó el segundo zarpazo del Palamós, obra de Sarabia. La locura se instaló en la grada del estadio. El Betis estaba contra las cuerdas. El gol de Joaquín, sin embargo, atemperó el nerviosismo del equipo andaluz.

El enfado de Víctor Fernández fue monumental. Mientras, Piterman, sentado en el palco, sonreía de oreja a oreja. La noche se puso de maravilla para su equipo con el segundo gol de Sarabia, el tercero del Palamós. Pero quedaba todavía mucho tiempo por delante. Y el Betis no lo desaprovechó..

Fernando pronto recortó distancias. Aún con el marcador a cuestas, Víctor Fernández dio entrada a su artillería atacante del banquillo: Capi, Casas y Juanito. Tres jugadores de la casa acostumbrados a la pelea en los campos pequeños. El cuerpo a cuerpo sustituyó al toque. El empate se palpaba. Y de ellos se encargó Joaquín al colocar un centro medido sobre la cabeza de Rivas que no perdonó. El partido era vibrante y emocionante. El Betis, como al inicio, tomó las riendas del final. Pero el Palamós no se achicó.

La prórroga terminó con la sensación de cuajó la alegría del Palamós. Nada máz empezar, Joaquín fusiló a Roberto y Assunçao lo remató con un golpe franco. La situación se invirtió y el Betis, tras superar el susto monumental, recuperó el cartel de favorito con el que había acudido a la Costa Brava.