Denuncias por la mala señalización del paso donde un tren arrolló a un camión

Ocho heridos seguían ayer hospitalizados, dos de ellos graves, como consecuencia del accidente que el lunes por la noche se produjo en las afueras de Zaragoza, cuando un tren de pasajeros colisionó con un camión. En el siniestro murió una de las viajeras del convoy ferroviario, una religiosa de la orden de Santa Ana de 56 años, y resultaron heridas una treintena de personas.

Renfe y el Gobierno de Aragón han abierto una investigación para determinar las causas por las que un camión que trabajaba en las obras de desdoblamiento de la carretera nacional 232 invadió la vía y fue arrollado por un tren que había salido de la estación de El Portillo.

Nadie se explica cómo el conductor del camión y su acompañante no vieron el tren que llegaba desde Zaragoza. El juez dejó ayer por la mañana que se levantasen los dos vagones que descarrilaron. Uno de ellos, en el que viajaban los heridos, quedó hecho un amasijo de hierros.

El alcalde pedáneo del barrio de La Cartuja, Félix Moreno denunció la falta de protección y deficiente señalización de un tramo de vía que cada día cruzan cientos de trabajadores de empresas del polígono industrial.

En La Cartuja trabajan unas dos mil personas, la mayoría de las cuales acuden desde Zaragoza y se quedan a comer en los restaurantes del otro lado de la vía. Además, muchos habitantes del barrio tienen huertos más allá de la vía férrea, lo que les obliga a atravesarla.

El alcalde de La Cartuja denunció que las obras de desdoblamiento de la carretera han multiplicado el tráfico de caminones sin que se hayan tomado medidas de seguridad. 'Lo que no puede ser es que, además de no haber barrerras, exista una actividad extraordinaria y no se adopten medidas extraordinarias para paliar deficiencias', explicó.

En Aragón solo uno de cada cuatro pasos a nivel tiene barreras. Aunque se ha puesto en marcha un plan para suprimirlos, en los tres ultimos meses se han producido varios accidentes de este tipo en Zaragoza.