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Reportaje:

La vida sigue lejos de Belén

Los tres palestinos acogidos por España en mayo normalizan sus vidas con sus familias, en Zaragoza y Soria

Jorge A. Rodríguez

Ahmed Hemamreh es un hombre casi libre en Soria. Casi. Todos los lunes tiene que acudir a la comisaría de la ciudad para firmar en el libro de registro, para confirmar que sigue en la ciudad castellana, tan distinta de su Belén natal.

Ya casi nadie se acuerda que un 22 de mayo llegó a España, junto a Ibrahim Abayat y Aziz Abayat, en circunstancias excepcionales. Los tres habían permanecido con otros 10 combatientes palestinos (terroristas, según el Estado de Israel) durante 38 días de abril y mayo, sitiados por el Ejército hebreo en la Basílica de la Natividad de Belén. Los tres fueron confinados en una casa forestal sita en Lubia (Soria), bajo enormes medidas de seguridad, que abandonaron en septiembre pasado para intentar normalizar sus vidas: Ahmed en Soria y sus dos compañeros, en Zaragoza.

'No han dado absolutamente ningún problema', asegura una fuente de Interior

El 22 de mayo, 12 de los 13 deportados fueron distribuidos por 6 países de la Unión Europea -España, Bélgica, Portugal, Italia, Irlanda y Grecia-. El decimotercero, Abdulah Dawoud, permaneció en Chipre. Otro grupo de 26 palestinos fue deportado a Gaza. La salida pactada de la basílica desbloqueó una situación diabólica y dio la enésima esperanza, frustrada como las anteriores, de llegar a una solución lo más pacífica posible al conflicto entre palestinos e israelíes.

Los tres de Belén acogidos por España fueron llevados a un hotel de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde apenas pasaron un par de días. Inmediatamente después fueron trasladados a una casa forestal de Lubia, una pedanía del municipio de Cubo de la Solana, en la que en 1983 el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, veraneó con su familia. Allí tenían restringidos sus movimientos. En junio pasado, Mariano Rajoy, entonces vicepresidente y ministro del Interior, ordenó 'con carácter indefinido' y, 'como medida cautelar, la residencia obligatoria' en Lubia de los tres palestinos y su 'alejamiento de las fronteras españolas'. Por si se escapaban.

Los tres palestinos, a pesar de lo idílico del paisaje boscoso soriano, comenzaron una cadena de protestas contra la residencia obligatoria, ya que, tal y como explica el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, 'el compromiso que adoptaron los gobiernos europeos receptores fue, junto con el reagrupamiento familiar, que los palestinos tuvieran plena libertad de movimientos, si bien deberían recibir protección policial'. Su correcta protección en Lubia también motivó protestas de la Guardia Civil, que aseguró que el enorme dispositivo de seguridad montado en la zona, en el que trabajaban por turnos 122 agentes, costaba cada día 16.400 euros.

Había que buscar una solución más lógica, provechosa para todos y, además, más barata. Cruz Roja, la ONG a cuyo cuidado quedaron los tres, dio la solución.

El Gobierno español accedió en septiembre a facilitar el reagrupamiento familiar de los palestinos. Ibrahim Abayat, soltero, y Aziz Abayat, casado, fueron acogidos en sendos pisos de la citada ONG en Zaragoza, localidad en la que los tres habían pensado en vivir ya que hay una importante comunidad palestina. Ahmed optó por otro piso tutelado en Soria. Yasmín es la esposa de Amed. Tiene 12 años menos que él. Hacía meses que no se veían. Cuando en abril Ahmed, empleado de banca, se refugió en la basílica de la Natividad de Belén, asediada por Ejército de Israel, apenas llevaban 15 días casados y ella estaba de exámenes. Y estaba embarazada. Ahora ha dado a luz en Soria.

Los ciudadanos palestinos llevan desde septiembre 'vidas cada vez más normalizadas', según asegura el Ministerio del Interior. 'No han dado absolutamente ningún problema y, aunque a veces piden algo de dinero, por lo que sabemos se encuentran bien aquí', agrega. Pueden moverse libremente por las ciudades en las que residen e incluso, si lo desean, pueden salir. Eso sí, tienen la obligación de presentarse cada lunes en comisaría para firmar y, además, 'una patrulla de la policía pasa cada cierto tiempo por sus casas para controlar que todo está en orden', añade el Ministerio del Interior.

'Ellos, pese a que Israel dice que son terroristas peligrosos, son unos jóvenes en una situación extraña que no saben manejar', asegura Carlos Varea, vinculado al citado Comité de Solidaridad con la Causa Árabe. 'Ellos quieren reinsertarse y lo van a intentar', precisa.

Israel exige su alejamiento porque les atribuye importantes responsabilidades en la organización de actividades terroristas: de Ibrahim Abayat, soltero y nacido en Belén en 1973, dice que era agente del Servicio de Inteligencia General (Mujarabat) y máximo responsable de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa; Aziz Abayat, farmacéutico de Belén de 31 años y casado con Rima, de 23, dice que era un experto en explosivos; sobre Ahmed Hamamareh, también de 31 años, dice que era el encargado del reclutamiento de terroristas suicidas.

'Por eso es importante que pasen inadvertidos, que rehagan sus vidas', afirma Interior. En Soria y Zaragoza, una de las grandes ciudades de la que fuera España musulmana, pasan desapercibidos.

Uno de los tres palestinos acogidos por España, en una foto de archivo.
Uno de los tres palestinos acogidos por España, en una foto de archivo.EFE

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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