Completo en todo
La primera berlina grande de VW incluye de serie casi todos los avances de los coches más elitistas y el resto como opción. Destaca su avanzada mecánica, con soluciones tan exclusivas como un motor 12 cilindros, la suspensión neumática y lo último en seguridad y confort. Y todo esto convierte la conducción en un placer, tanto por tacto como por prestaciones, sonoridad y comodidad.
La berlina 4 x 4 más potente
La tracción 4×4 distingue al Phaeton y pone a prueba con éxito su insonorización, porque el silencio y la suavidad mecánica son dos de las grandes virtudes de este modelo: el motor tiene un tacto de terciopelo; los cambios ni se oyen ni se sienten; las suspensiones filtran todo como si flotaran sobre el asfalto, y no hay ruidos mecánicos que desentonen. Y si le añadimos unos elementos de confort impecables (asientos, climatización...) tendremos una calidad de conducción y comodidad espectaculares, tanto en ciudad como en los viajes.
La única pega es el peso -200 kilos más que sus rivales- que penaliza las prestaciones, sobre todo en las versiones bajas. Pero por lo demás se conduce con dos dedos, responde con la máxima precisión y se adapta a todas las conducciones, ya sean relajadas o agresivas, porque permite regular todo: altura y dureza de suspensión, cambio (automático, deportivo o manual secuencial)... Y con esta base y un equipo de seguridad que cuenta con todas las ayudas electrónicas a la conducción, incluido el ESP, el Phaeton se muestra como un viajero incansable que devora los kilómetros dando confianza al conductor y mimando a sus ocupantes. Y es que la berlina de VW se comporta y frena con el tacto de los coches más cómodos y la contundencia de los más eficaces.
Un motor 12 cilindros muy pequeño
El motor 6.0 W12 de 420 CV es otro gancho tecnológico del VW, y a pesar de su gran cilindrada, tiene un tamaño muy compacto, casi de V6. Lo mejor es su respuesta, suave y muy refinada desde sólo 1.000 vueltas hasta 6.000. Pero sobre todo tiene una fuerza sorprendente que mueve los casi 2.300 kilos de peso con gran poderío: basta hundir el pie en el acelerador para sentir en la espalda su impresionante empuje. Y aparte de ofrecer unas prestaciones muy brillantes, vuela en las subidas y adelanta en un suspiro.
La única pega es el consumo, porque a ritmos suaves cuesta bajar de 15 litros y en conducción rápida y ciudad puede pasar de 20.
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