El folclor armenio y la electrónica chilena se dan cita en el Festival Periferias de Huesca

Imaginativo, original e intencionado. Así es Periferias, el festival multidisciplinar, abierto y arriesgado que ha vuelto a tomar Huesca en la que ya es su tercera edición. Con la mirada puesta en los exilios, entendidos éstos en el más amplio sentido del término, la noche del jueves arrancó la programación del segundo y último fin de semana de la actual edición con la actuación de Arto Tunçboyaciyan, un turco de origen armenio-anatolio afincado en Nueva York, y un concierto en el que la música electrónica chilena dio muestras de su vigencia.

Con un sentido del humor que ya arranca en el mismo nombre de su formación, The Armenian Navy Band, Arto Tunçboyaciyan, almirante musical de la banda marinera de un país con la costa a cientos de kilómetros, desplegó todas sus artes comunicativas en el jai alai de Huesca. Aváncese que la música de Arto es una suerte de música tradicional armenia empujada por una sección rítmica de obediencia jazz-rockera. De esta forma conviven instrumentos propios del pop-rock y del jazz con flautas tradicionales de madera y salterio. Esta mezcla de sonoridades deparó un concierto vertiginoso y cromático en el que se solapaban sonidos de influencia árabe, piezas festivas de raíz balcánica y desarrollos jazz-rockeros y progresivos de corte clásico. Todo ello lo orquestó un Tunçboyaciyan que pareció disfrutar con cada nota de su enorme banda, a la que dirige tras su set de percusiones, que incluye cacerolas, botellas, figuritas decorativas y cualquier cachivache que produzca sonido al ser golpeado. Arto también tocó una suerte de guitarra-mandolina que le sirvió para acompañarse en un par de hermosas baladas de registro folclórico, contrapunto al deje jazzístico de su banda. Y para final, él, un hombre que ama la música popular de su país, vino a decir que la patria del hombre está allí donde suene la música, pueda respirarse el aire y sea posible llevarse alimentos a la boca. En un festival que como Periferias hace en esta edición del exilio su tema central, este comentario fue la rubrica perfecta a un concierto tan lujurioso como el de Arto.

Tras el concierto de Arto la actividad se desplazó a la carpa desplazada en el ruedo de la plaza de toros, donde la electrónica chilena dio muestras de su vigencia. Bajo el nombre de Arrepiéntase General, título de un tema de Cristian Vogen, éste y Men-T-Zero, Bipolar, Closer Musik y Super-Collider ofrecieron un menú que con el tecno como condimento básico se aromatizó con funk, soul, house, micro-house, tech-house y toda suerte de estilos de la electrónica actual. La finura de Closer Musik, el gamberrismo de Super-Collider y la efectividad apabullante de Vogen se impusieron en una noche que había arrancado en el imaginario mar de Armenia. Todo esto pasó en Huesca, que acoge Periferias hasta mañana domingo.