Bancaixa apuesta por una extrema prudencia en 2003
La incertidumbre económica aconseja prudencia. El consejo de administración de Bancaixa, reunido ayer en Castellón, aprobó unas líneas genéricas de actuación para 2003 inspiradas en la estricta observancia del manual más conservador. El órgano de dirección de la entidad financiera acordó 'atenuar los riesgos de liquidez, intereses y cambios' y 'garantizar la solvencia financiera', una estrategia que debe traducirse en una cuidadosa política crediticia para evitar problemas de morosidad.
Entre las líneas genéricas destaca también la necesidad de 'adecuar la estructura de financiación', 'mantener la eficiencia dentro de los parámetros del sector' y 'mejorar el servicio'. Tres objetivos que pretenden sustentar la capacidad de competir de la entidad financiera para mantener cuota de mercado.
Bancaixa anunció hace apenas una semana un ambicioso plan de inversión de 10 millones de euros para ampliar el parque de cajeros automáticos en un intento de paliar las colas que se forman en buen número de sus sucursales en núcleos urbanos de importancia. Una apuesta por la mejora del servicio exigida para evitar la fuga de clientes.
La entidad también debe renovar en breve su cuota en un crédito de 14 millones de euros concedido junto a otras cajas valencianas a Terra Mítica como anticipo de unas ayudas europeas aprobadas en 1999. Las ayudas todavía no han sido transferidas, contra todo pronóstico, y su ausencia supone un aumento del riesgo aparejado a todas las inversiones de Bancaixa en el complejo de ocio cuya viabilidad está por demostrar.
Al margen de las apelaciones a la prudencia, el consejo se permitió la compra de una colección de 256 planchas de grabados de los siglos XVIII y XIX elaborados por reconocidos artistas valencianos como Vicente López, Badía, Gascó, Camarón o Vergara. La operación es singular puesto que las planchas de grabados suelen ser propiedad de museos o academias.
La adquisición amplía el patrimonio artístico de la entidad dedicado a obra gráfica que incluye cuatro series de grabados de Picasso: las suites Vollard, 347 y 156, y otra denominada, Caja de Remordimientos. Bancaixa también posee varios libros ilustrados por Picasso y se ha convertido, de hecho, en el mayor coleccionista privado del mundo de obra gráfica del artista malagueño.
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