'Airbag' para barcos
La empresa Kafloat invierte 840.000 euros en el desarrollo del proyecto
¿Se hundirá el barco o no se hundirá? Ésta es la pregunta que se harán en noviembre los técnicos e ingenieros que acompañarán al viejo congelador de 28 metros de eslora cuando navegue de nuevo por la bahía de Huelva. Con sus 200 toneladas de desplazamiento, este buque, que estaba condenado al desguace, será remolcado hasta un punto profundo de la costa con la intención de hundirlo. Será entonces cuando los airbags que lleva incorporados en el interior de su casco de acero se activarán y demostrarán su eficacia manteniéndolo a flote.
En el plan participan Sener y Parafly, que se ocupan de la ingeniería y del diseño de los flotadores y detonadores de inflado
Kafloat está pensado inicialmente para pesqueros de mediano y pequeño tonelaje y para embarcaciones de recreo
Esta prueba será definitiva para confirmar la viabilidad del proyecto Kafloat, consistente en instalar en las embarcaciones un sistema parecido al de los airbags. Una idea que tuvo su primer chispazo en Galicia hace ya cuatro años y en la que se han involucrado las empresas españolas Sener y Parafly.
'Si funciona este invento', dicen sus promotores, 'se iniciará pronto el proceso de comercialización. Y con el tiempo, resultará tan imprescindible en los barcos como llevar puesto el chaleco salvavidas cuando se trabaja en la mar'.
Desarrollar un mecanismo de flotación para barco que fuera eficaz y de despliegue rápido fue una ocurrencia de César Gómez Portela, un empresario gallego de la construcción. De ahí el nombre de Kafloat (Keep a float, mantenerse a flote, en inglés) con el que se ha bautizado el proyecto. Para llevarlo a cabo, Gómez se asoció con el también empresario Vicente López-Perea, antiguo propietario de Transportes Finisterre y capitán de fragata retirado. Juntos crearon, en 1998, la empresa Kafloat.
El Kafloat consiste en un sistema de globos conectado a bombonas de gas no inflamable que los infla en pocos segundos. Los globos de gas mantienen la embarcación a flote aun cuando ésta se inunde de agua. El sistema se instala dentro del casco del barco, a la altura de la línea de flotación, y en cada una de sus dos amuras. El tamaño y el número de globos serán proporcionales al tamaño y desplazamiento de la nave. Las bolsas se activan automáticamente al contacto con el agua, o manualmente por la tripulación en caso de peligro de hundimiento. Según los empresarios, una vez desplegados, 'se puede gobernar la nave durante varios días, aunque a menor velocidad, hasta que lleguen los equipos de rescate'.
Otras empresas
'Kafloat está pensado inicialmente para pesqueros de mediano y pequeño tonelaje y, por qué no, para embarcaciones de recreo', dice López-Perea, que es también presidente de la compañía. El invento ha sido patentado hasta la fecha en 25 países.
En este innovador proyecto participan también Sener Ingeniería y Sistemas y Parafly. La primera se ha ocupado de los estudios de ingeniería. La segunda, especializada en la fabricación de paracaídas militares y chalecos antibala, ha diseñado los flotadores de tela y los detonadores de inflado.
'En estos cinco años de trabajo hemos invertido un total de 840.000 euros. De ellos, 547.000 se han empleado en este ejercicio', dice López-Perea. El Ministerio de Ciencia y Tecnología ha concedido este año una ayuda de 191.000 euros.
Los ensayos de la fase final
Kafloat se encuentra ya en su fase final. Las primeras comprobaciones de viabilidad técnica se realizaron 'satisfactoriamente' durante la pasada primavera en el CEHIPAR, el Canal de Experimentación Hidrodinámica situado en El Pardo, en Madrid. No obstante, la prueba definitiva se llevará a cabo con un viejo pesquero, al que Astilleros de Huelva ha instalado el prototipo definitivo de Kafloat.
Se realizará en noviembre, en una fecha aún sin determinar. Consistirá en la inundación del casco con 20.000 litros de agua. Cuando la nave comience a zozobrar, los airbag se deberán disparar automáticamente, reflotando así sus 200 toneladas de metal. Está previsto realizar un segundo ensayo en unos meses con una embarcación de 11 metros.
Kafloat no ha fijado todavía el precio del invento. 'Aún es prematuro. Pero las previsiones realizadas lo sitúan en torno al 5% del valor de la embarcación', dice el empresario. Lo que no parece mucho gasto, si de ello depende la vida de la tripulación y de la propia nave.
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