Resultados dispares
La economía estadounidense demostró ayer que su evolución dista mucho de ser lineal y que la alegría con que la Bolsa celebra los buenos datos resulta un tanto exagerada. Los resultados empresariales conocidos en esta ocasión, como los de AT&T y McDonalds, le dieron la vuelta a la situación, y si en los días anteriores se achacaba a los resultados empresariales el empuje de los mercados, ayer caían por la misma causa.
En conjunto, el problema de interpretación de la coyuntura que tienen los inversores es una simple cuestión de matices, pero éstos adquieren una importancia desmesurada cuando se juega fuerte y a muy corto plazo. Hay empresas que aguantaron bien la primera parte de la crisis económica y que es ahora cuando empiezan a reflejarla en sus cuentas, mientras que hay otras que más que un anticipo de la salida de la crisis lo que ofrecen es el resultado de severos ajustes en los gastos, sobre todo en empleo.
Lo más sorprendente de esta jornada fue el empeño de los grandes valores españoles por mantener la orientación alcista inventada en el exterior. Telefónica y los dos grandes bancos, ayudados por algún que otro valor, hicieron subir el 0,16% al Ibex 35 y el 0,37% al índice general de la Bolsa de Madrid, mientras que el resto de Europa ajustaba sus movimientos a los de Wall Street. París cedió el 1,14%, Londres el 0,36% y Francfort bajaba el 2,85% poco antes de concluir la sesión, momento en el que Wall Street perdía el 1,21% y dejaba bastante atrás el nivel de los 8.500 puntos.
La contratación en el Mercado Continuo fue de 1.625,44 millones de euros, de los que sólo 315 procedían de operaciones institucionales.
El mercado secundario de deuda pública continuó con el trasvase de fondos hacia la renta variable, lo que hizo caer nuevamente los precios y elevó la rentabilidad a 10 años hasta el 4,78%, cuando hace apenas 10 días estaba en el 4,44%.
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