Frenesí inspector
La Dirección General de Inspección afirma que el sector sanitario privado no es ningún desastre. Con esta noticia parece querer cerrarse el escándalo que produjo la muerte de una paciente en un centro de cirugía no autorizado. Hecho que por sí sólo ya es mucho más que un desastre y puso en entredicho la existencia de un adecuado control de los centros privados.
Se dan unas cifras astronómicas de 'actuaciones' inspectoras, tras unos meses de 'frenesí inspector', con un pobre resultado, sólo cuatro centros cerrados. No sabemos si la presentación de estos datos es más ingenua que perversa o al revés, pero en lugar de borrar nos hacen recordar las imágenes que hace poco se pudieron ver en varios canales de televisión que mostraban el escándalo de la sanidad privada y demostraban la ausencia de controles eficaces por la Administración sanitaria.
La experiencia diaria de los que llevamos años trabajando en la Inspección Sanitaria concuerda más con las imágenes de televisión que con esas declaraciones oficiales. El escaso número de sanciones podría tener otra explicación bien distinta a la oficial. En ese delirio furioso o perturbación del ánimo, que eso quiere decir frenesí, es fácil olvidar algunos aspectillos legales de menos importancia, como la Ley de la Función Pública de la Comunidad de Madrid, que dice que la inspección debe ser realizada por funcionarios de carrera (precisamente para evitar que una inspección pueda acabar en modo alguno en frenesí). Como ese frenesí inspector lo está desempeñando básicamente personal interino, el resultado de esas actuaciones para ser útil, para recaudar más tasas, pero carece de valor legal para sancionar a los centros que incumplen las normas. Esta explicación, además de ser más sencilla, permite comprender desde la muerte de un paciente, las imágenes de televisión y las escasas sanciones y, en definitiva, que el control de la Administración sanitaria sigue siendo ineficaz.
Sí existe un auténtico frenesí en otro sector de la inspección que ningún político quiere apadrinar. La unidad de inspección de la antigua Dirección Provincial del Insalud de Madrid ha sido arrinconada de forma humillante después de quitarle las funciones a sus funcionarios. Este progresivo desmantelamiento de la Inspección Sanitaria, la formada por funcionarios de carrera, funcionarios con muchos años de experiencia y que no se dejan llevar por delirios de políticos, sino que respetan la ley y que no aceptan que se utilice la Administración pública como un cortijo particular, sí es un frenesí, y una amenaza para la salud de todos.
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