Una universidad que se hace mayor
La Miguel Hernández afronta su periodo constituyente con recelos y problemas internos
Es tiempo electoral en la Universidad Miguel Hernández, que cumple su sexto curso consecutivo de vida académica. La primera elección democrática del rector que dirigirá en los próximos años la más joven de las universidades públicas valencianas se verá envuelta de un agrio debate sobre la idoneidad de este proyecto, su consolidación y resultados académicos.
Uno de los retos más difíciles que tiene en estos momentos esta universidad es consolidar su oferta de titulaciones y conseguir aumentar el número de alumnos. Cada curso, con los datos de las preinscripciones y matrículas, queda patente que la Miguel Hernández se caracteriza por tener serias dificultades para conseguir cubrir la oferta de plazas que oferta a sus alumnos. En este curso que acaba de empezar dispone, según datos provisionales, de unas 350 vacantes en varias Ingenierías, en Administración y Dirección de Empresas, en Ciencias Políticas y en Derecho.
A un ritmo más lento del previsto en principio, la Miguel Hernández ha ido creciendo año tras año en cuanto a número de titulaciones y en mejora de infraestructura en los campus de Altea, Elche, Orihuela y San Juan. En tan sólo seis años ha duplicado el número de titulaciones que oferta, y buscado normalizar sus relaciones con el resto de universidades valencianas, y en especial con la de Alicante, enfrentadas a raíz de la segregación forzosa, decretada por Eduardo Zaplana, de centros y facultades de Alicante para crear la de Elche. Transcurrido este tiempo tanto desde el sector oficialista que respalda al rector, Jesús Rodríguez Marín, como desde el sector crítico, afincado en la Facultad de Medicina de San Juan, reconocen que las expectativas que se habían creado eran 'muy elevadas, y se han visto en cierta medida frustradas' en buena medida por la austeridad presupuestaria del Consell.
La Miguel Hernández, que espera alcanzar los 3.700 alumnos matriculados en algunas de las 24 titulaciones que oferta, presenta como novedad este curso las diplomaturas de Informática y Turismo.
Una de las mayores dificultades que afronta esta universidad es la falta de alumnos, una situación que se repite en los otros campus valencianos, pero que se acentúa en el caso de la Miguel Hernández, donde paradójicamente las vacantes se dan en titulaciones que sólo oferta esta universidad. Fuentes del campus de San Juan aseguran que en algunas especialidades que se imparten en Orihuela, como son Enología y Estadística, para este curso habrá menos alumnos que profesores. Una situación que no es nueva y que se producía en cursos anteriores.
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