La pasión de Brahms y la épica de Prokofiev
Con un lleno y viva expectación inició la Orquesta Nacional de España su nueva temporada bajo la dirección del libanés George Phelivanian, nacido en 1965 y formado con Leitner, Boulez y Maazel. Desde la obtención del Premio Besançon (1991) la carrera de Phelivanian sigue un curso ascendente en Europa y América. Una vez más hemos aplaudido el nervio, la palpitación y el buen criterio de un maestro que, según la prensa de estos días, aceptaría la titularidad de la ONE. Es evidente que Phelivanian y la formación sinfónica se entienden e identifican con flexible prontitud, hasta lograr versiones de alto mérito como las aplaudidas en el Auditorio del Concierto para violín, de Brahms y de la cantata Alexander Nevsky, de Prokofiev.
Orquesta y Coro Nacional de España
Director: G. Phelivanian. Solistas: Vadim Repin, violinista y R. Lang, mezzosoprano. Obras de Brahms y Prokofiev. Auditorio Nacional. Madrid, 18, 19 y 20 de octubre.
De la hermosa partitura brahmsiana, se dijeron y escribieron en su momento, y todavía se citan, algunas simplezas como la de que está escrita no 'para violín sino contra el violín'. Se encomió, igualmente, las dificultades de la parte solista, pero la historia ha demostrado que se pueden vencer y hasta enaltecer, tal y como hizo ahora Vadim Repin.
A través de un sonido precioso, Repin extrae del concierto brahmsiano cuanta sustancia animan las ideas, las formas, la continuidad y la energética, de clara raíz beethoveniana. Colaboró la ONE, encendida por Phelivanian en estrecha identificación con el solista y el resultado fue digno de recordar.
La segunda parte, en la que se unieron el Coro y la Orquesta Nacionales, estuvo dedicada a la Cantata de Prokofiev, derivada de la partitura fílmica para Alexander Nevsky, de Eisenstein, de 1938. No extraña entonces el poderío gestual de esta música personalísima en la que épica, lírica e historia confluyen en un total agudamente original, con momentos tan bellos como el campo de los muertos, cantado con emoción desolada por la mezzo de Berlín, Rosemarie Lang. En suma: una inauguración de temporada digna de una gran orquesta y un avezado coro.
Babelia
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