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Entrevista:BENSALEM BOUABDALLAH | Cineasta

'Granada es un puente entre dos mundos'

El director argelino prepara una película sobre Washington Irving, el autor de 'Cuentos de la Alhambra'

Granada como mito, como leyenda, despierta hoy más fascinación e interés en el mundo islámico que en el mundo occidental. En los colegios de Kuwait, Egipto o Marruecos se estudia la historia de la ciudad como la gran metrópoli de Al-Ándalus que fue, y su música, la de entonces, la de hace cinco siglos, no se enseña en los conservatorios andaluces, sino en los de Tlemecén (Argelia), Tánger o Tetuán. Por eso no es de extrañar que escritores, poetas, músicos o cineastas árabes retomen una y otra vez Granada -Gharnata- como el eje central de sus proyectos.

Ése es el caso de Bensalem Bouabdallah, un director de cine argelino (Tlemecén, 1951) con un apellido directamente entroncado al nombre de Boabdil que prepara en estos meses el rodaje de una película sobre uno de los personajes que más universalizaron Granada y que, sin embargo, permanece como un gran desconocido: Washington Irving, el autor de Cuentos de la Alhambra.

'Washington Irving es una especie de puente entre Oriente y Occidente', asegura Bouabdallah. 'Representa la fascinación que sintieron los románticos por el Orientalismo y es un punto de partida perfecto para, a partir de esa visión romántica de Granada, reconstruir lo que fue la verdadera ciudad en sus tiempos de esplendor'.

La película, que aún no tiene título, se rodará en los próximos meses en la ciudad. Bouabdallah, que ya trató sobre la fascinación de Granada en un documental, Encuentros andaluces (que narra el viaje de una joven inglesa a Andalucía en busca de un amigo que se ha hecho musulmán y que, al ver la Alhambra, queda cautivada por su embrujo), mezclará, mediante saltos cinematográficos, algunos de los relatos de Cuentos de la Alhambra con lo que era la vida cotidiana de Al-Ándalus y con lo que es la Granada de hoy.

'Desde siempre he sentido fascinación por la ciudad', explica. 'Desde que era pequeño. Por su historia y, especialmente, por su música. Mi ciudad natal, Tlemecén, ha sido durante siglos la capital de Argelia en lo que se refiere a la música andalusí. Recibió esa herencia de España. Cuando llegué por primera vez a Andalucía descubrí que todo, la arquitectura, el urbanismo, el carácter de la gente, me era muy familiar. Me encontré como en casa. Granada se convirtió entonces en mi hogar espiritual'.

Bensalem Boubdallah lleva 20 años viviendo en Londres. Allí ha rodado documentales para diversas televisiones, como The shattered Utopía, en donde recoge el contraste de un Occidente feliz que celebraba los fastos de la Exposición Universal de Sevilla de 1992 al tiempo que ignoraba que en Bosnia se estaba produciendo una verdadera carnicería humana. Desde entonces no ha dejado de visitar Andalucía ni de interesarse por esa extraña mezcolanza cultura entre lo cristiano y lo musulmán.

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'Es extraña la sensación que produce Andalucía', explica. 'La primera vez que estuve en la Alhambra vi de pronto mi nombre escrito en las paredes del Patio de los Leones, Bouabdallah, Boabdil. He pensado mucho en ese último rey de Granada, considerado como un mal rey que no supo defender a su ciudad y que, sin embargo, fue el artífice de que que la Alhambra siga hoy en pie. Si Boabdil hubiese decidido defender su poder hasta la muerte, la Alhambra no existiría, habría sido destruida. No quiso involucrase en batallas, sino proteger su ciudad'.

Bensalem Bouabdallah descubrió cómo, siglos después, otro extraño personaje, un viajero y diplomático norteamericano, Washington Irving, se quedaba hechizado por Granada y convertía a la ciudad en una de las grandes leyendas del siglo XIX gracias a sus cuentos. 'Descubrió que era el emblema de una civilización', señala.

'España', añade el director, 'tiene una de las mayores fuentes de historias del mundo. Es un país único en su historia, porque en este territorio la Humanidad siempre estuvo presente y porque hubo una continua comunión de culturas. Es, en cierto modo, la epitomía de la Historia'.

En ese punto, a juicio del director, Granada juega hoy un papel crucial. 'Ha sido una ciudad que ha permanecido dormida durante unos cuantos siglos y que ahora comienza a despertarse. Puede volver a ser un puente entre Oriente y Occidente, como ya lo fue en el pasado. Granada es un puente entre dos mundos'. Ésa, según explica, será la trama de fondo de la película sobre Irving. 'Granada fue en su tiempo una de las formas más desarrolladas del Islam, en donde florecieron la arquitectura, la astronomía, la poesía o la medicina. En el futuro puede volver a suceder lo mismo'. Luego agrega: 'Yo vivo en Londres, que se supone que es una ciudad muy cosmopolita por todas las comunidades que viven allí. Pero nunca he experimentado, al igual que le ha sucedido a muchos ingleses que han visitado Andalucía, lo que he experimentado aquí, esa sensación de futuro. Granada es una ciudad que tiene cosas que decirle y enseñarle al futuro, como la coexistencia entre culturas que ya se dio porque la gente gobernaba con sabiduría'.

La película sobre Washington Irving que, mediante flash-backs y flash-forwards (saltos en la narración hacia atrás y hacia adelante en la historia), mostrará el contraste de visiones y percepciones que tuvieron los diferentes viajeros que describieron o pintaron Granada, pretende también 'deconstruir' algunos mitos románticos -'los románticos no describían un mundo real, sino un mundo soñado', afirma Bouabdallah- para sustituirlos por realidades cotidianas. 'Lo que quiero', explica 'es describir Granada como fue'.

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