Gonzalo de Olavide, todo un maestro
Ayer tarde se hizo entrega del Premio Reina Sofía 2001 al compositor madrileño Gonzalo de Olavide (1934), que le fue concedido 'por el conjunto de su obra'. La Fundación Ferrer Salat, creadora y mantenedora del galardón, estableció esta posibilidad con la que distinguió al polaco Lutoslawski y ahora a Olavide, un maestro destacadísimo de su generación y un valor reconocido internacionalmente desde hace años. En Ginebra, ciudad de su residencia desde 1966, y en los murales del Victoria Hall figura el retrato de nuestro músico junto al de Ernest Ansermet. Es un dato anecdótico, si se quiere, pero representativo.
El talento de Olavide se une a un instinto de exigente vena poética y a una resistencia a marchar por caminos trillados. Tampoco busca la 'sorpresa' por sí misma, pues su concepto de la obra musical es integral y, si de servir a un texto se trata -como en Canta in memorian García Lorca-, éste debe funcionar como raíz invasora y determinante. Estrenado en el Festival de Granada en 1980 por la ONE dirigida por Ros Marbá, obtuvo un triunfo resonante, mucho más importante que en Madrid, pues pienso que, de momento, la penetración del maestro Leaper en estos pentagramas de ibérico trasfondo y tan larga proyección temporal, ha sido de mediano calado. Lo que no quiere decir que tanto el coro y la orquesta de RTVE como la mezzo Esperanza Rumbau no recibieran cumplidas ovaciones por su empeñativa labor. De Gonzalo de Olavide oímos también Sine die, para conjunto instrumental, estrenada en 1973 para conmemorar el 25º aniversario del Consejo Internacional de la Música y dirigida por Jacques Guyonnet en Ginebra. Aquí todo es emoción objetiva y juego transparente, amén de un dominio artesanal que cimenta el prestigio del compositor madrileño.
Orquesta y coro de RTVE
Director: A. Leaper. Homenaje a Gonzalo de Olavide. Teatro Monumental. Madrid, 17 y 18 de octubre.
Las formaciones de RTVE, con su titular Adrian Leaper, completaron su actuación con el poema Don Juan de Strauss y el atractivo Te Deum de Dvorak, en cuyas partes solistas han intervenido la soprano Eva Urbanova y el barítono Ivan Kunsjer. Mas el protagonismo y el homenaje correspondieron a Gonzalo de Olavide, toda una figura del panorama musical de nuestro tiempo.
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