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Reportaje:

Guitarra de vuelta y vuelta

Músicos bolivianos presentan en Granada un instrumento que se toca por sus dos caras

Guitarras se han visto de muchas clases siempre. Españolas, acústicas, flamencas. De seis cuerdas, de doce. O de diez, como la que utilizaba Narciso Yepes para interpretar el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo. Hay, incluso, guitarras de dos mástiles, como las que usaron algunos grupos de rock (Yes, Genesis) que, en una misma pieza, eran guitarra y bajo eléctrico. Pero nunca, hasta ahora, se había visto una guitarra con dos caras. Es decir, una guitarra que puede tocarse por delante y por detrás. Algo que habría sido la delicia de Peret cuando hacía piruetas con su instrumento. Esa guitarra que en realidad son dos en una, se llama muyu-muyu. Es de origen boliviano. La ha inventado un luthier llamado Ernesto Cavour y ahora la ha presentado en concierto, en Granada, el músico Pancho Valverde. Es una guitarra de vuelta y vuelta.

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'Lo cierto es que es un instrumento sorprendente, muy original, que llama la atención de todos los guitarristas de Europa', explica Valverde, quien, durante esta semana, se encuentra en Granada participando en el Segundo Encuentro para la Promoción y Difusión del Patrimonio Folclórico de los Países Andinos. 'Tiene una sonoridad muy especial'.

El muyu-muyu, del que existen muy pocos ejemplares por ahora, (y sólo dos intérpretes en el mundo) es, por una cara, una guitarra española convencional, con un mastil para seis cuerdas. Por el otro lado, en lugar de tener lo que se conoce como fondo o suelo, es decir, la tapa trasera de una guitarra normal, tiene la tapa armónica de otra guitarra (la cara frontal). Es como si fuesen dos guitarras pegadas por la espalda. La otra cara lleva otro mástil para doce cuerdas metálicas. El sonido por esa parte es muy similar al del tres cubano: agudo y sonoro.

'Esa sonoridad tan brillante se la proporcionan la madera de la guitarra, que es de ébano, y las cuerdas metálicas, que son cuerdas extraídas de un charango boliviano', explica Pancho Valverde. El muyu-muyu permite que un mismo instrumentista esté ejecutando una pieza de guitarra clásica o flamenca y, con sólo un giro en el aire del instrumento, poder interpretar un son cubano o una pieza de guitarra acústica.

'Ya he grabado CD's con este instrumento, y la verdad es que mucha gente se queda sorprendida', explica el músico boliviano, que hace un par de días actuó acompañando a un grupo de danza de su país en el Hospital Real de Granada. El instrumento, que ya ha sido patentado, tiene un precio en el mercado de 1.000 euros. Según Pancho Valverde, es una ocurrencia más del luthier Ernesto Cavour, un hombre de 60 años que ha inventado más de 300 instrumentos diferentes, especialmente variedades de charangos (guitarras de pequeñas dimensiones hechas con caparazón de armadillo o de tortuga). Pero con el nuevo invento puede en un brete a los guitarreros españoles de toda la vida.

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