Brewer desinfla al Joventut
Cinco triples del base de Estudiantes en el último cuarto le permiten mantener el liderato
En Badalona se frotaban las manos. El Joventut dominaba a Estudiantes, líder ya de la ACB, con holgura en el marcador; el partido parecía encarrilado y la grada era un fiesta. Hasta que apareció Brewer para aguarla de la forma mál cruel y letal. Pasito a pasito, jugada tras jugada, en un último cuarto espectacular, el base norteamericano destapó su artillería y, con cinco triples en los últimos seis minutos de partido, echó por tierra toda la labor del Joventut durante el partido. El conjunto dirigido por Manel Comas ya no tuvo capacidad de reacción (70-81). Sorprendida por la muñeca letal de Brewer, intimidada por el poderío reboteador de Felipe Reyes y aturdida por su propios errores, la Penya fue incapaz de emular su propia imagen, la misma que la semana pasada le permitió doblegar a Unicaja y, hace dos, caer, por tan sólo un punto, frente al Tau.
JOVENTUT 70| ESTUDIANTES 81
Joventut: Marco (8), Vázquez (12), Drame (6), Baston (10), Tabak (11) -cinco inicial-; Bueno (6), Radulovic (11), Jofresa (2), Labeyrie (4) y Espil (0). Estudiantes: Azofra (4), Jasén (7), Jiménez (5), Gabriel (7), Reyes (15) -cinco inicial-; Brewer (25), Keefe (6), Loncar (12) e Iturbe (0). Árbitros: Betancor, Sancha y Pérez Pérez. Eliminaron por faltas personales a Vázquez (m.39) y Keefe (m.40). Pavelló Olímpic de Badalona. Unos 6.698 espectadores.
La historia de ayer fue muy diferente. Se esperaba un duelo encarnizado, a semejanza de los que tradicionalmente han protagonizado estudiantiles y verdinegros. Los de Pepu Hernández llegaban a Badalona con el marchamo de bestia negra de la Penya durante la temporada pasada, con un equipo claramente reforzado y un liderato que hablaba del buen inicio de curso de los colegiales. El Joventut, se creía, los esperaría con los dientes afilados. Y así fue durante casi tres cuartos de encuentro. Mientras que la Penya frecuentó la línea de tiros libres y mantuvo su efectividad en un 100%. Mientras que el Estudiantes se empecinó en jugárselas todas desde la línea de tres con un tino ridículo (14%). Así, los de Comas, apoyados en una buena defensa, dominaban el partido con cómodas ventajas, que alcanzaron los 14 puntos (30-16, a siete minutos del descanso).
El encuentro, parecía, no tendría mucha más historia. Pero la realidad desmintió por completo la percepción. Cuando lo tenía todo a su favor, al Joventut le entró la ñoña y se dedicó a perder balones como si jugara en el patio del colegio (acumulaba 19 pérdidas al final del tercer periodo). El Estudiantes pensó entonces que si se fajaba en defensa y se mantenía despierto en la zona verdinegra, quizá, podría dar un vuelco al partido y mantener el liderato.
Felipe Reyes captó enseguida el mensaje. El compañero de quinta de Gasol y Navarro multiplicó su presencia en la zona y barrió con cuanto balón salió rebotado del aro. De repente, y mientras la Penya mantenía una preocupante mediocridad en ataque y un gran despiste en su aro, los fallos de Estudiantes se tornaron en continuas segundas opciones que, a menudo, acababan sumando algún punto en el casillero colegial. Casi sin darse cuenta, los estudiantiles se plantaron en el definitivo cuarto con un único punto de desventaja (54-53). Pero, con Loncar muy apagado, parecía que no encontrarían un artillero capaz de rematar la ingente labor de desgaste.
Fue entonces cuando apareció Brewer para descolocar por completo al Joventut. Con el encuentro igualado (62-62, a menos de siete minutos para la conclusión), el base norteamericano se propuso desequilibrarlo. La fórmula la tenía clara: a cada error de los verdinegros, respondió Brewer con un triple enmudecedor. Primero encandenó tres consecutivos; después se reservó dos más para el remate final. Con Baston desaparecido, 26 pérdidas de balón y un parcial de 30-53 encajado en los dos últimos cuartos, el Joventut no supo ni pudo reaccionar.
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