La inglesa imparable
Paula Radcliffe, en su segunda carrera, destroza el récord del mundo con una marca minuto y medio mejor que la anterior
Pero ella no decaerá. Si algo le caracteriza es la tenacidad. Hija de un alto empleado de la industria cervecera de Bedford y de una maestra, comenzó a correr largas distancias desde niña acompañando a su padre, un habitual de las maratones populares. Pronto mereció la comparación con el gran David Bedford, el fenomenal fondista inglés de los años 70 que nunca pudo ganar una medalla en las grandes competiciones. Como él, estaba atacada por el virus de la lentitud cuando se deciden las pruebas en los Mundiales o los Juegos Olímpicos. O sea, en la última vuelta. Toda su trayectoria ha sido una colección de cuartos puestos, graciosamente aceptados por esta mujer inteligente y culta, dueña de una graduación cum laude en Estudios Europeos por la Universidad de Loughborough y excelente conocedora del francés y el alemán.
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