'Tramposas de EPO, fuera'

La atleta británica Paula Radcliffe, campeona del mundo de cross y cuarta en los 10.000 metros en los Campeonatos del Mundo de esa especialidad, fue obligada a retirar una pancarta en protesta por la presencia de la rusa Olga Yegorova en la primera serie de los 5.000 metros, en la que se impuso la española Marta Domínguez.

Radcliffe desplegó el cartel junto a su compatriota Hayley Tullett en la zona del graderío reservado a los atletas. Con grandes letras, se leía: 'Tramposas de EPO, fuera'. El mensaje estaba claramente dedicado a Yegorova, que recientemente dio positivo por eritropoietina en un control antidopaje efectuado tras la reunión de París, una de las siete incluidas en la Golden League. Sin embargo, la Federación Internacional (IAFF) le ha permitido participar en Edmonton en medio de una enorme polémica que ha alcanzado a las demás atletas.

La rumana Gabriela Szabo, su gran rival, incluso declaró días antes de comenzar los Mundiales que renunciaría a correr los 5.000 metros si Yegorova disputaba finalmente la carrera. No obstante, cambió de opinión tras ganar la prueba de los 1.500 metros.

Radcliffe, una de las fondistas más respetadas del circuito internacional, se reunió con varias de las participantes. 'Decidimos que no protestaran y que corriesen, pero yo ya he terminado mi participación en Edmonton y creí que era mi obligación denunciar la presencia de Yegorova', manifestó después de la protesta.

Las dos atletas británicas mantuvieron desplegada la pancarta durante las dos primeras vueltas de la serie en la que participaban Yegorova, Szabo y Domínguez. Los deportistas rusos sentados junto a ellas les reprocharon su postura y se produjo un momento de tensión que se acrecentó con la llegada de los servicios de seguridad de la organización. 'Nos dijeron', explicó Radcliffe, que o la retirábamos o nos la arrancaban de las manos'.

Ante la amenaza, Radcliffe decidió enrollar el cartel. Szabo, la principal cabecilla en contra de la presencia de Yegorova en los Mundiales, declaró después que no se había fijado en él, pero levantó un dedo en señal de satisfacción cuando le comentaron el mensaje desplegado. 'Estoy encantada con el apoyo de Radcliffe', concluyó.

La británica dijo que ha encontrado el apoyo de todos los atletas en las gradas, con excepción de los rusos, que la increparon durante el incidente.

A su vez, Max Jones, el jefe de la delegación británica en los Campeonatos del Mundo de Edmonton, se lavó las manos tras conocer lo que había sucedido. 'Es un asunto de Paula, no del equipo británico', se limitó a concretar.

Radcliffe abandonó ayer mismo la ciudad canadiense acompañada por su marido, el mediofondista Gary Lough.