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Campeonato del Mundo en carretera | CICLISMO

Un tren y un arcoiris

Carlos Arribas

Cipollini tiene un maillot blanco con siete rayas cruzadas, los siete colores del arcoiris. Cipollini tiene 35 años y unos ojos grises que parecen profundos cuando habla, una voz extrañamente baja y suave. Cipollini está en una nube. 'He cumplido el sueño de toda una vida', dice y se mira el maillot tan bonito. 'Y cuando ya estaba ganando y veía que nadie me podía adelantar, cuando empecé a levantar los brazos, cuando ya los tenía así, a media altura, dudé un segundo, un instante imperceptible, '¿y si esto no es verdad?', me dije, '¿y si sigo soñando?' Pero Cipollini se gira, en medio de la sala de prensa, y ve a su alrededor a media Italia arrobada, y un poco más lejos a Lombardi feliz. 'Le ha hecho a él más ilusión lanzarme hacia el Mundial que a mí ganarlo, que ya es decir', dice Cipollini.

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Él ha cumplido un sueño, el sueño de toda Italia. El último italiano que ganó un Mundial fue Gianni Bugno. Lo hizo en 1992, en Benidorm. En el 82 ganó Saronni. En el 72, Marino Basso. El 2002 tenía que ser italiano también. 'Ha sido una tremenda responsabilidad', dice Cipollini. 'Porque yo era el líder único de la selección y había exigido lealtad absoluta a todo el equipo. Cargaba con la presión de la nación entera, así que he estado muy tenso toda la carrera. Ha habido mucha tensión y un poco de miedo. Temía que llegaran los últimos 200 metros y encontrarme con las piernas vacías, sin fuerza, temía no poder sprintar'.

Cipollini es el más grande, el más fuerte, el más rápido cuando sale lanzado, cuando el sprint es cuesta abajo, como ayer, pero Cipollini no está solo. Cipollini tiene un tren. Tiene un amigo, el gigante Scirea, que se encarga de hacer limpieza, de amedrentar a los rivales, de eliminar de la rueda del jefe a quien no tenga invitación, sea éste Freire o quien se ponga; otro vagón, el más importante es el veloz Lombardi, el sprinter de Chueca, el lanzador que le deja ya ganador, que descorazona a los rivales. Y ayer hasta tuvo al segundo italiano más veloz, al Petacchi que le desafiaba en la Vuelta. 'Pero no quiero que digan que gano por el tren o porque intimido o por lo que sea', afirma Cipollini, el hombre de las 181 victorias, el ciclista en activo más laureado. 'Quiero que digan que he ganado porque soy el más fuerte'.

Cipollini tiene tres sponsors que quieren patrocinarle el año que viene, Polartec, Oliocuore y Mercatone Uno; Cipollini quiere un equipo grande para hacer cosas grandes. Cipollini, que a los 35 años logró ganar el Mundial de ciclismo, tiene un sueño: 'Quiero ganar la Milán-San Remo con el maillot arcoiris. Quizás entonces ya digan que soy un campionissimo'.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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