Los roces entre el PSA granadino y la Junta empiezan a afectar al 'tripartito'

La fórmula del tripartito de Granada, que llevó a la alcaldía de la ciudad al PSOE en unión de Izquierda Unida y del andalucista -ahora secretario general del PSA- Jesús Valenzuela, empieza a presentar fisuras. Los recientes enfrentamientos entre la delegación de Cultura de la Junta y representantes del PSA ponen en tela de juicio unas relaciones que, aunque pasaron por momentos iniciales de tensión, se habían vuelto llevaderas. Valenzuela se queja de falta de apoyo a sus proyectos.

El conflicto se ha hecho cada vez más evidente en las últimas semanas pese a que, tanto por fuentes municipales socialistas como por parte del propio concejal de Cultura, Turismo y Deportes del Ayuntamiento de Granada, Jesús Valenzuela, se insista en que la 'normalidad es absoluta'. Unas recientes declaraciones de la secretaria local del PSA, Amalia Carvajal, arremetiendo contra la delegación de Cultura de la Junta en Granada, a la que acusaba de tener paralizada durante varios meses la actividad del Teatro Alhambra -uno de los buques insignia del Gobierno autónomo en Granada- abrió la caja de los truenos. 'Esa acusación es una insensatez electoralista', replicó la delegada de la Junta en Granada, María Escudero. 'Y muy poco rigurosa'.

Efectivamente, la acusación estaba poco fundada, pero venía a mostrar el malestar que se siente en el PSA de Granada por la actitud de la Junta frente a algunos de los proyectos culturales. Tuvo que mediar el director del teatro, Mariano Sánchez, para demostrar que incluso durante los meses de verano en que no se programa nada, hubo espectáculos en el Alhambra.

El mar de fondo, sin embargo, iba por otro lado. El primer gran conflicto entre el PSA -sobre quien recae la responsabilidad de la Cultura en Granada- y la Junta de Andalucía se produjo hace unos meses, cuando Valenzuela sacó a la luz el mal estado de conservación en que se encuentra el Auditorio Manuel de Falla, residencia de la Orquesta Ciudad de Granada y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, obra del arquitecto García de Paredes.

Después de conseguir 40 millones de pesetas (240.000 euros) de los presupuestos municipales, y otros tantos de la Junta de Andalucía, la concejalía de Cultura presentó un proyecto de obras que fue paralizado por la Comisión de Cultura de la Junta por su 'escasa sensibilidad' hacia el edificio, según explicó María Escudero. 'A la delegación de Cultura', explica Valenzuela, 'lo que le pedimos es claridad de criterios, y no esas continuas pegas'. El malestar se hizo evidente entre los andalucistas cuando la Junta se desentendió, a su juicio, del Foro Internacional de las Artes Escénicas al que aspiraba Granada para el próximo año. El resto es una retahíla de pequeños roces.

El caso es que las disputas entre la concejalía de Cultura y la Junta pueden afectar seriamente a la estabilidad futura del tripartito. 'Dentro del equipo de gobierno no hay ningún problema', insiste Jesús Valenzuela. 'Pero con la Junta sí los hay', deja caer después. 'Nuestra discrepancias son por su continua falta de apoyo a nuestros proyectos, y esa falta de apoyo es real'. Lo que nadie sabe por ahora es qué consecuencias podrá tener de cara al futuro de la ciudad.