Un utilitario coreano moderno y asequible

Práctico, atractivo y asequible. El Kalos no es el utilitario más innovador y sugerente del mercado, pero ofrece una calidad de conjunto aceptable y un funcionamiento correcto. Y sobre todo tiene unos precios más asequibles que la mayoría de sus rivales (desde 9.700 euros), aunque no suponen una ventaja definitiva.

El Kalos es el primer modelo nuevo que lanza Daewoo tras superar una grave crisis que ha supuesto su absorción por General Motors. Se trata de un utilitario de 3,88 metros de largo que sustituirá a algunas versiones del actual Lanos. Pero también es un coche de transición entre los viejos tiempos y los nuevos, y aunque no aprovecha las tecnologías de su matriz americana aporta detalles que suponen un gran salto de calidad en esta marca.

Diseño italiano

La línea, del carrocero italiano Giugiaro -autor, entre otros, del primer Ibiza-, recoge los patrones estéticos de los últimos modelos europeos para ofrecer un aspecto atractivo y moderno. Y, aparte de aplicar una arquitectura monovolumen para aprovechar al máximo el espacio, consigue una imagen con bastante presencia.

El frontal combina la robustez del capó y el parachoques con el toque deportivo de la parrilla, las tomas de aire y las aletas ensanchadas. En el lateral destacan los tres cristales, similares a los de los C3, Fiesta... Pero la zona con más personalidad es la zaga, que incluye un portón vanguardista y unos pilotos en forma de diamante que parecen inspirados en el Honda Jazz. El conjunto se completa con una aerodinámica satisfactoria (CX: 0,35) y sobre todo tiene personalidad propia, algo poco habitual en los coches coreanos.

Bien resuelto por dentro

El interior es menos sugerente, pero reúne todo lo necesario para cumplir como segundo coche familiar. La carrocería monovolumen aporta una agradable sensación de desahogo, que se aprecia en especial en la altura interior y en todo lo demás. Las plazas delanteras incluyen unos asientos grandes, aunque poco envolventes. Y atrás cuenta con un buen espacio para las piernas, pero a costa de sacrificar el maletero, demasiado pequeño a pesar de llevar la rueda de repuesto de emergencia. Al menos se puede ampliar abatiendo el respaldo posterior.

La dotación de huecos funcionales no sorprende, aunque incluye los más importantes. Destaca el espacio para objetos situado delante del cambio, que se completa con dos posavasos retráctiles integrados en la consola central y un bolsillo para teléfono móvil en un lateral del asiento del pasajero. También cuenta con otro posavasos atrás, bolsas en las cuatro puertas y la guantera con unas medidas que limitan su sentido práctico.

En cambio, la calidad de acabados es aceptable. Hay mucho plástico por todas partes, pero los tonos y las tapicerías son aparentes y los ajustes no desentonan. Y en general el interior no presenta el aspecto pobre de los coches económicos. Por lo demás, el chasis y las suspensiones dan sensación de solidez en carretera, y junto a la insonorización, bien resuelta siempre que no se superen las 5.000 vueltas en el motor, permiten viajar sin incomodidades.

Un motor y dos carrocerías

El Daewoo Kalos se vende sólo con un motor 1.4 de 83 CV, disponible en carrocerías de 4 y 5 puertas y dos acabados. El SE (desde 9.700 euros) incluye doble airbag, radiocasete, elevalunas eléctricos y cierre centralizado, y el SR (a partir de 10.400 euros) añade ABS y otros detalles. Y la versión 4 puertas con maletero separado cuesta 500 euros más. Además, en marzo llegarán un 1.4 16v. de 100 CV y un 1.2 de 70 CV. Pero no habrá turbodiésel hasta el año 2004.

Conclusión

El Kalos es un utilitario de línea atractiva y precios asequibles. Ofrece una línea moderna, una calidad de conjunto satisfactoria, un equipo de serie con ABS y tres años de garantía. Pero gasta más de lo deseable y sus ventajas económicas se reducen mucho si se aprovechan los descuentos promocionales de sus rivales europeos.