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PROBLEMAS EN EL EDIFICIO DE CONTROL

'Desde la torre nueva no se ve todo el aeropuerto'

Carlos E. Cué

Uno de los problemas del aeropuerto de Barajas es la existencia de dos torres de control. Con la ampliación de las instalaciones, en 1998, se construyó una nueva torre de control que costó 5.000 millones de pesetas. Tenía 71 metros de altura y estaba dotada de la tecnología más avanzada. Pero desde allí no se veía todo el aeropuerto. En particular las zonas de embarque de los aviones. Así que hubo que mantener en funcionamiento la vieja torre, que controla los movimientos de los aparatos hasta que llegan a las pistas, mientras la nueva gestiona despegues y aterrizajes. Así llevan cuatro años. Esta es otra de las quejas de los controladores. Es mucho más difícil organizar el trabajo teniendo dos torres. Muchas veces, en un mismo turno, los trabajadores tienen que desplazarse entre una y otra porque las necesidades cambian.

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Es aún peor el 'pésimo estado de la torre vieja', según los sindicatos. 'Se cae a pedazos. No hay ascensor para llegar a los puestos, las salidas de emergencia llevan a un sótano sin salida...'. También este asunto estuvo en las negociaciones. AENA se comprometió a crear un grupo de trabajo con los sindicatos para solucionar estos problemas.

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