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Los Quince discrepan sobre la ampliación

Carlos Yárnoz

El primer debate del nuevo Consejo de Ministros de Asuntos Generales de la UE, celebrado ayer en Bruselas, una vez separadas ya sus funciones del Consejo de Exteriores, no fue fructífero. Los Quince plantearon cómo compensar a los países candidatos para que ninguno de ellos se convierta en contribuyente neto en cuanto se incorpore a la UE y, de otro lado, qué nuevo reparto de poder debe hacerse en el Consejo y en el Parlamento Europeo, dado que en 2001 se pactó uno para cuando en 2004 se incorporaran 12 nuevos Estados y sólo lo harán 10 en el mejor de los casos. En ninguno de los dos capítulos hubo la más mínima aproximación.

Existe el riesgo de que, una vez que se produzca la ampliación, cuatro nuevos países (Eslovenia, República Checa, Chipre y Malta) salgan perdiendo dinero, porque sus aportaciones serían superiores a lo que recibirían, cuando hoy se están beneficiando directamente de los fondos especiales destinados a los candidatos. Para evitarlo, los Quince acordaron entregarles en 2004 un cheque de compensación de forma que perciban al menos lo mismo que ahora.

Pero los cuatro que hoy más aportan a los presupuestos de la UE (Alemania, Holanda, Reino Unido y Suecia) creen poder reducir ese cheque. Ayer propusieron que en 2004 se pueda adelantar a los candidatos un 4% del coste de los programas que presenten para ser sufragados con fondos de cohesión y estructurales (regionales). Esa cantidad sería restada del cheque. Pero, para poder hacerlo, hay que relajar el férreo reglamento sobre concesión de esos fondos y adelantos, una opción a la que se oponen quienes han tenido que cumplirlo estrictamente (España, Grecia, Irlanda y Portugal) y la propia Comisión, que ve en esa maniobra un intento de desprestigiar los fondos europeos y poder plantear en el futuro su desaparición. La discrepancia se produce cuando los Quince aún no han empezado a discutir el mayor problema de la factura de la ampliación: los pagos directos agrícolas a los candidatos. El contencioso está bloqueado por Alemania y Holanda y debe resolverse antes de noviembre para no bloquear todo el proceso.

Tampoco hubo ayer en Bruselas acercamiento alguno en el capítulo institucional. El difícil y complejo reparto del poder pactado en la cumbre de Niza en diciembre de 2000 debe ser revisado, porque se hizo con la hipótesis de que la UE estuviera formada en 2004 por 27 Estados, pero finalmente lo será por 25 (eliminados ya Bulgaria y Rumania) en el mejor de los casos. Por tanto, deben revisarse los porcentajes adecuados para lograr la mayoría en el Consejo o el reparto de escaños en la Eurocámara.

España, junto con Finlandia y los tres países del Benelux, difieren de la posición mayoritaria porque prefieren que se necesiten menos votos para bloquear un posible acuerdo (los cuatro grandes tendrán 29, y España, 27).

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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