_
_
_
_

Más de 1.000 pasajeros a bordo

Pablo Ximénez de Sandoval

Las autoridades de Senegal trataban ayer de calmar la rabia que se ha apoderado del país tras el accidente del barco Le Joola, en el que viajaban 1.034 personas, de las que, hasta el momento, sólo se han recuperado 399 cadáveres. El barco, propiedad del Estado y gestionado por una compañía privada, estaba diseñado para transportar un máximo de 550 personas. Muchos de los pasajeros eran niños y jóvenes que se dirigían a la capital para el comienzo del curso.

La última cifra de supervivientes oficial es de 104, pero las esperanzas de encontrar más se desvanecen toda vez que ya han pasado dos noches en el mar. Se trata de una de las mayores catástrofes marítimas que han ocurrido en África. El presidente senegalés, Abdoulaye Wade, se acercó ayer hasta el puerto de Dakar, la capital, donde se amontonan muchos de los cuerpos recuperados del mar. 'Pido a todos los senegaleses, cristianos o musulmanes, que recen por los fallecidos', dijo. 'En ocasiones como ésta, la nación debe permanecer unida para superar el dolor'.

Más información
"No puedo comprender cómo ha sobrevivido alguien al naufragio"

Horas antes, familiares de los desaparecidos se manifestaban frente al palacio presidencial exigiendo información sobre el número de muertos y sobre las condiciones de sobregarga en las que viajaba el barco. Wade, que ha pedido una investigación sobre el accidente, respondió a los manifestantes que comprendía su dolor, y añadió que el barco 'fue construido para lagos, no para el mar. La responsabilidad del Estado está muy clara', dijo Wade, que prometió indemnizaciones para las familias.

Los servicios sanitarios de Banjul (Gambia), en cuya costa se hundió Le Joola, relataron que una de las dificultades para llevar los cadáveres a la orilla con más rapidez es que tienen que envolverlos en bolsas de plástico, ya que muchos han comenzado a descomponerse en el agua. En las operaciones participan servicios senegaleses, franceses y gambianos. Las mayoría de los pasajeros eran senegaleses, locales de la región sureña de Casamance que hacían la ruta hacia Dakar habitualmente. El Gobierno dijo que entre el pasaje había diez franceses, de nuevo cinco españoles (de los que dos ya se conoce que no subieron al barco), dos belgas y dos suizos, aparte de 20 ciudadanos de Guinea-Bissau.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_