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Reportaje:PERSONAJES

Annia depende de Fidel

La gimnasta, nacida en Cuba y casada con un estadounidense, puede perderse el Mundial por el veto de su antiguo país

Amaya Iríbar

A Annia Portuondo la conocen en Estados Unidos como Annia Hatch, el apellido de su marido. Y, según los resultados del último Campeonato Nacional de gimnasia artística femenina, es la cuarta mejor gimnasta del país, con opciones de participar en el Mundial de Debrecen (Hungría) en noviembre. El problema de Annia no es su estado de forma ni su edad, 24 años. El problema es que nació en Cuba y, aunque tiene la nacionalidad estadounidense, aún necesita la autorización del país caribeño para competir con las barras y estrellas. Los cubanos no parecen estar por la labor.

El presidente de la Federación Cubana de Gimnasia, William García, se agarra a los estatutos de la federación internacional (FIG) cuando se le pregunta por Portuondo, siete veces campeona de Cuba. Éstos dicen que un gimnasta que ha competido por su país de nacimiento sólo puede hacerlo con otra bandera un año después de obtener otra nacionalidad y con el consentimiento de la FIG. Lo que no dice William García es que ese año en blanco no es necesario si hay acuerdo entre las federaciones implicadas. Si no, debe esperar dos. EE UU ya ha pedido el plácet.

Portuondo-Hatch, que ganó el bronce en salto en el mundial de 1996 para Cuba, obtuvo la ciudadanía estadounidense en diciembre. Eso significa que, sin el visto bueno cubano, se quedará fuera del Mundial por un mes. Los antecedentes no ayudan. Y si no, que se lo digan a la atleta española Niurka Montalvo, que se perdió los Juegos de Sydney por el veto cubano, como el jugador de waterpolo Iván Pérez.

'Aún tenemos tiempo', asegura optimista Alan Hatch, el entrenador de 41 años por el que Annia cambió de país. La pareja espera una respuesta, tras los últimos contactos entre diplomáticos de este mes. Cuba estudia la cuestión, según García. Pero el panorama, si el país caribeño mantiene su norma inflexible de castigar así a todos los que dejan el país, no es tan halagüeño. Las autoridades cubanas, por orden de Fidel Castro, están en contra de que los países poderosos, a quienes normalmente emigran los atletas, se aprovechen de su creación.

De no ser por los detalles políticos, la historia de Alan y Annia sería un ejemplo más del sueño americano y una bonita historia de amor. Criada en una escuela gimnástica de escasos éxitos femeninos, la gimnasta de color se retiró en 1997. Había conocido a Alan un año antes en Puerto Rico. Unos meses después volvieron a coincidir en el Mundial que se celebraba en San Juan y al año siguiente se casaron, cómo no, en Puerto Rico.

Annia decidió volver a entrenarse hace un año tras enterarse de que una antigua compañera del equipo cubano lo había hecho y, aunque no puede competir en citas internacionales, hoy forma parte de una de las selecciones más potentes del mundo (bronce en el Campeonato del Mundo de 2001). La vuelta ha sido 'más fácil de lo que pensaba', asegura la gimnasta desde West Haven (Connecticut), y varias publicaciones especializadas aseguran que está en espléndida forma.

Este mismo año, y menos de un mes antes del Campeonato de EE UU, donde no estuvo a su mejor nivel por 'algunas molestias', derrotó a la campeona nacional, Tasha Schwikert, en un amistoso. En el Mundial de especialidades de Hungría -sólo se compite por aparatos-, Annia tendría posibilidades en salto, más si cabe ahora que Liz Tricase, la mejor en este aparato en el Campeponato de EE UU, se ha lesionado. Pase lo que pase con esta cita, Annia seguirá entrenándose porque quiere llegar a los Juegos Olímpicos. Será difícil porque en 2004 tendrá 26 años, una edad casi imposible para la gimnasia. Allí no tendría veto cubano, pero sí de los años. Esya la gimnasta 'más vieja del equipo' en un deporte donde las mejores no superan los 20.

'Vine a Estados Unidos para hacer una nueva vida junto a mi esposo ', afirma Annia. Desde que cambió de país de residencia ha vuelto a la isla 'todos los años menos éste'. Allí sigue su familia y las personas que deben decidir su futuro deportivo inmediato.

Annia Portuondo-Hatch.
Annia Portuondo-Hatch.SCOTT EINUIS-INSIDE GYMNASTICS MAGAZINE

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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