La escritora y periodista Anna Murià muere en Terrassa a los 98 años
'Tenim tants principis... Potser la vida és un infinit repetit de principis', escribía Anna Murià en el prólogo de Aquest serà el principi, una de sus últimas obras. La vida de una de las primeras periodistas españolas también estuvo llena de principios: fueron 40 años en el exilio y todo un periplo que empezó en Francia, en el castillo Roissy-en-Brie -junto a su compañero, el poeta Agustí Bartra, y otros escritores catalanes, como Mercè Rodoreda, Pere Calders y Pere Quart-, pasó por distintos países de América Latina y acabó en 1970 en Terrassa, ciudad en la que ayer murió de un ataque al corazón.
El alcalde de Terrassa, Pere Navarro, lamentó la muerte de la escritora, 'Terrassa no se entendería sin esta pareja que aportó sus fuertes inquietudes culturales y sociales'. En 1999 Murià cedió el archivo de Bartra y el propio a Terrassa, y desde hace tres años esta ciudad dedica a la escritora un premio literario que este año se convertirá en homenaje.
Murià fue una mujer muy activa e inquieta que militó en distintos partidos, entre ellos Acció Catalana, Esquerra Republicana y Estat Català. Durante la guerra civil española fue secretaria de la Institució de les Lletres Catalanes, participó en campañas por el indulto de los presos del complot del Garraf (1934) y en la recogida de firmas para pedir el Estatuto de Cataluña, y fue una de las fundadoras de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana.
Empezó su actividad literaria colaborando en La Dona Catalana y Diari de Catalunya. Su primera novela fue Joana Mas (1933), a la que siguió La peixera (1938). También publicó algunos ensayos, como La revolució moral (1934) y El 6 d'octubre (1937). Con El meravellós viatge de Nico Huehuetl a través de Mèxic (1974) ganó el Premio Josep Maria Folch i Torres. En los ochenta también tuvo una importante actividad literaria. Fruto de esta época son Res no és veritat, Alícia y Aquest serà el principi. También publicó su correspondencia con Mercè Rodoreda (Cartes a l'Anna Murià, 1985).
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