Lecciones de Barcelona para Madrid
La candidata socialista a la alcaldía madrileña, Trinidad Jiménez, recaba información
De Madrid, el poder político y económico; de Barcelona, la calidad urbana y el orgullo de los barceloneses por su ciudad. Es la mixtura a la que aspira Trinidad Jiménez, candidata socialista a la alcaldía de Madrid, que ayer se sometió a una intensa inmersión en Barcelona y su modelo, tanto urbanístico como de gestión. 'Vengo a empaparme de la ciudad', reconoció. Pero no sólo vio y escuchó, sino que habló, y mucho, de los planes que tiene para Madrid si vence en la carrera a su principal adversario, Alberto Ruiz- Gallardón.
Directa y bastante impetuosa, no se amilana ante la supuesta ventaja que le puede llevar su contrincante por haber estado al frente de la Comunidad de Madrid: 'Sí, sí, todos hablan del metro, pero lo que no se explica es que el endeudamiento de las obras del metro ahoga el presupuesto municipal de un ejercicio entero'.
Madrid debe copiar el orgullo de los barceloneses por su ciudad
Cuando el debate en Barcelona es qué hacer para contrarrestar el auge de Madrid, la candidata socialista no escatima piropos para el modelo de ciudad de la capital catalana frente al de Madrid: 'A Madrid le falta el aprecio que sienten los barceloneses hacia su ciudad'. Esa carencia es, en su opinión, fruto de que la Administración del Partido Popular -en especial la municipal, pero también la de Ruiz Gallardón desde la comunidad- se ha volcado en la almendra central. 'El resultado es que la calidad de vida y del espacio público es muy distinta entre el centro y los barrios', argumentaba ayer en una conversación con EL PAÍS. Por el contrario, reconocía, Madrid es la capital económica y política.
La candidata a la alcaldía de Madrid tuvo un día intenso. Primero visitó las obras del Fòrum 2004. De la mano del alcalde de Barcelona, Joan Clos, recibió todo un cursillo acelerado sobre la reforma del frente litoral y la desembocadura del Besòs, y el cambio que supone para la ciudad: 'Eso que ves allí son los edificios de la nueva depuradora, sobre la que se levantarán la explanada central y el espacio principal del Fòrum. Esto de aquí es la estructura del centro de convenciones y esa otra la del edificio Fòrum...', le explicaba Clos entusiasmado, como casi siempre que habla de la reforma del Besòs.
Cinco minutos más tarde, pisando lo que será el puerto de Sant Adrià, Clos insistía en que el proyecto de reforma urbanística persigue la convivencia de las infraestructuras pesadas de la ciudad -como la depuradora y la incineradora- con un moderno centro de convenciones, hoteles y residencia. Un cuarto de hora después recorría algunas de las calles del Poblenou, el viejo distrito industrial llamado a reconvertirse a la nueva economía y los servicios conjuntamente con usos residenciales. 'Éstas son las apuestas que distinguen el modelo de ciudad de Barcelona. La centralidad del lugar del trabajo y la residencia es fundamental. Es un modelo que seguir en Madrid', comentaba un rato después la candidata socialista.
Cuando acabó el periplo por la ciudad, Jiménez recabó información de los responsables de áreas clave de la ciudad: seguridad, urbanismo, mantenimiento e inmigración. Así, intercambió impresiones con Carme San Miguel, Ernest Maragall, José Cuervo y el arquitecto jefe, Josep Antoni Acebillo, entre otros.
En ese encuentro se abordó uno de los puntos calientes: la financiación y la aprobación de leyes especiales para dotar de más competencias y capacidad a los municipios. Se manifestó abiertamente a favor de una ley de capitalidad para Madrid y de otra, distinta, para algunas de las grandes ciudades de España, entre ellas Barcelona.
Su visita siguió con un encuentro con Pasqual Maragall y con varios de los alcaldes del área metropolitana. El ex alcalde de Barcelona fue bastante conciso en sus consejos: 'Estar en la calle y no escatimar, sino todo lo contrario, el contacto con los ciudadanos'. El recorrido acabó con otra lección: la del área metropolitana, a cargo de varios de sus alcaldes.
Pasión por la ciudad y por las cosas tangibles
Trinidad Jiménez no tiene experiencia en el ámbito municipal, pero todos los que ayer se entrevistaron con ella coinciden en que la candidata a ocupar la alcaldía de Madrid tiene algo importante: siente pasión por la ciudad y por la política de las cosas tangibles. Su trayectoria profesional y personal, en cambio, siempre ha discurrido por otros derroteros. Enfoca la carrera a la alcaldía de Madrid con ilusión y quiere dar carpetazo al asunto de la cazadora (la polémica sobre la retirada de un cartel): 'Se acabó. No puedo permitir que todo lo que puedo transmitir se eclipse'. Licenciada en Derecho, pertenece a una familia de eminentes juristas: su padre, José Jiménez Villarejo, es magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, y su tío, Carlos Jiménez Villarejo es el fiscal anticorrupción. Otros dos tíos del mismo apellido ocuparon cargos en la Fiscalía Militar y en la de Málaga. Pero esta ascendencia no guió nunca sus pasos hacia el mundo de las togas. Trabajó en una revista jurídica y en una ONG internacional. Es experta en derecho internacional y especialista de asuntos exteriores del PSOE. Se casó con un diplomático, del que se divorció.
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