Una promotora insiste en construir en una zona de cuevas de Rincón
Edipsa -una promotora que pretendía levantar 600 viviendas sobre las cuevas de El Cantal, en el municipio malagueño de Rincón de la Victoria; proyecto paralizado por un contencioso interpuesto por los vecinos- ha vuelto a pedir licencia, esta vez para construir en el entorno. Si bien la empresa ya no puede hacer los bloques encima de las cuevas porque a raíz de la movilización vecinal han sido incluidas en el catálogo de bienes culturales de Andalucía, ahora pretende ejecutarlas en el entorno, dado que se ha incumplido el compromiso de compensarle con otros terrenos.
En su día, el Ayuntamiento ofreció una permuta, pero la Delegación de Obras Públicas de la Junta se opuso. Al no haber obtenido esa compensación, la empresa insiste y solicita otra licencia. La anterior le fue concedida por el Ayuntamiento, pero el contencioso interpuesto por los vecinos contra Edipsa y el Consistorio la mantiene paralizada. El pleito lleva seis años y no se ha resuelto.
La maraña legal no termina ahí. Para pedir esta segunda licencia, que le permitiría construir en el entorno, la empresa solicitó una modificación urbanística que fue informada favorablemente por la Delegación de Cultura. Los vecinos sostienen que en ese trámite, la Administración autonómica obvió requerir a la empresa los estudios arqueológicos que el PGOU obliga hacer para garantizar que no se afectan las cavidades. Por ello, han anunciado que en los próximos días presentarán una denuncia penal contra la delegada de Cultura, Rosa Torres, y contra la Comisión Provincial de Patrimonio por los supuestos delitos contra la ordenación del territorio y prevaricación.
'En síntesis, por incumplir las normas de protección arqueológica contempladas en el PGOU', resumió la abogada de los vecinos, Gloria Zarrías. La presidenta de la asociación de El Cantal, María José Cobos, advirtió que si el Ayuntamiento concede la nueva licencia, lo único que habrían conseguido los vecinos después de seis años de lucha por preservar cuevas con arte rupestre, sería 'una islita minúscula entre bloques, que además sería la zona verde de la urbanización'.
