Duro Oreja
Jaime Mayor Oreja es un político duro, de gesto blando. Ha conseguido que sus, tantas veces, duras palabras, hayan parecido otra cosa, camufladas por su voz, por el tono medio que domina con maestría de experto. Ha conseguido despistar. Mayor Oreja maneja las formas, maneja el medio tono, maneja el gesto suave, pero cuando se le sigue, cuando se le escucha, más allá del alcance de la red que teje con su inteligente utilización de sus recursos expresivos y gestuales, queda al descubierto un discurso duro, inflexible en el que no caben opiniones en contra.
El pasado fin de semana, vino a Granada para asistir al Congreso del PP andaluz. Tomó la palabra. Exhibió gesto amable y voz sin disonancias. Y cuando el efecto de sus formas se esfumó, quedó el fondo de su discurso, su intención, su palabra, por encima de su voz, y la evidencia de que con frecuencia va más allá de lo razonable y aunque después vinieron otros discursos, incluido el del presidente Aznar manteniendo las mismas tesis, el suyo fue el primero. Dijo Mayor Oreja que existe en Andalucía un 'miedo reverencial' al cambio de Gobierno. 'No hay cuestión de gestión buena, mala o regular, dijo el ex ministro del Interior, sino que hay algo más, como es el miedo reverencial a un ambiente, a dejar de ser lo que mayoritariamente es una comunidad'.
Para mayor Oreja, pasa en Andalucía lo mismo que en 'el País Vasco o Cataluña, donde siempre ha gobernado el mismo partido', y eso lo entiende como una 'limitación de la democracia'. Y dijo más el vicesecretario general del PP, dijo que 'la España de las autonomías exige a los ciudadanos un especial sentido de la responsabilidad'. Luego se fue, sosegado, como siempre, dulce de gesto, suave de voz. Pero ha sido grave. Ha sido grave llamar irresponsables a los andaluces por votar como les da la gana. Ha sido grave comprobar que hay políticos como Mayor Oreja, que, cuando las cosas no pasan como ellos quieren que pasen, gustan de llevar su discurso al límite, de tal manera que lo dejan sin músculo democrático. Al PP andaluz la dirección nacional de su partido, sigue sin ayudarle. De lo de Franco, mejor ni hablamos, porque la desmesura raya en la locura.
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