Año seco, jardines anegados por el riego

En un año muy seco hasta la fecha, con reservas muy bajas en Madrid, el 16 de septiembre, por fin, ha llovido, y, lo que es mejor, el pronóstico es que lloverá más los próximos días.

Sin embargo, esa tarde los aspersores de riego estaban funcionando en la Dehesa de la Villa, al menos por la parte que linda con la calle de Pirineos, incluso en el jardín de las dependencias municipales, frente al colegio La Paloma, en la confluencia con la carretera de la Dehesa.

Todo el verano, el riego lo han hecho como si sobrara agua, anegan las zonas que riegan, y los alrededores han estado embarrados, hasta que el agua encuentra salida en alguna pendiente y se pierde sin ningún aprovechamiento.

Por la parte trasera del colegio La Paloma, frente al polideportivo Fernando Martín, también alrededor del césped, en grandes extensiones ha permanecido embarrado. Si éste es el sistema que emplean en todos los parques, ya puede llover para que los embalses no se agoten.

Supongo que el señor alcalde da más importancia a sus grandes proyectos, como horadar toda la ciudad, para que los coches no tuvieran que circular por la superficie.

Aunque no hubieran encontrado el tesoro, seguirían abriendo zanjas por toda la ciudad.

Sé que el año próximo habrá otro responsable municipal, aunque, al serlo porque no le presentan, me recuerda que el dictador de los 40 años sólo dejó de serlo cuando se murió...

También me sabe mal que la ciudad que eligió al profesor Tierno Galván, tan querido, como se vio en su despedida, haya cambiado hasta elegir repetidamente a alguien que parece que su principal cometido sea que las grandes constructoras se forren.