Diálogo tras la batalla en Isla Chica

Isla Chica, donde habitan unas 30.000 personas, es una barriada popular y alegre de Huelva. Un barrio con cierta semejanza, por ejemplo, a Vallecas, en Madrid, con bares de intenso olor a refrito y peluquerías de caballeros en las que se habla larga y apasionadamente de fútbol. Una zona con cierto sabor todavía a década de los años sesenta, cuando, con la implantación de las fábricas del Polo Químico en Huelva, se levantaron en Isla Chica edificios y edificios de manera incontrolada.

Ese barrio ha estado durante los últimos tres años en el ojo de la más agria polémica política. Ahora, unos y otros abogan por el consenso sobre el desarrollo urbanístico futuro de Isla Chica, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) decidiera el pasado día 9 de septiembre el archivo del caso Isla Chica, la venta de los terrenos del viejo estadio Colombino a la inmobiliaria Odeinsa, realizada por el Ayuntamiento en julio de 2000. Una plataforma vecinal interpuso en marzo de 2001 una querella contra el alcalde, Pedro Rodríguez (PP), por presuntas irregularidades en la venta de esos terrenos, en la que se personó posteriormente como acusación particular el portavoz municipal del PSOE, José Juan Díaz Trillo.

Pedro Rodríguez vive un momento político dulce tras el archivo judicial de la querella. Ahora considera que el futuro le sonríe. El alcalde onubense aseguró ayer que nunca tuvo la intención de que se construyeran 900 viviendas sobre el viejo estadio Colombino, el proyecto urbanístico inicial para esa saturada zona de la ciudad. Su único objetivo consistió en obtener con las urgencias a las que obligaban las circunstancias, los 2.700 millones de pesetas que el Recreativo de Huelva, entonces en Segunda A, precisaba para transformarse en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) y no descender a Tercera División. El Ayuntamiento tenía que realizar una oferta interesante a la inmobiliaria, de ahí la propuesta de 900 viviendas, según el alcalde. Por eso, Pedro Rodríguez incluyó una clásusula en el contrato suscrito con Odeinsa, que especificaba que el Ayuntamiento compensaría con viviendas en otra zona de la ciudad a esa empresa, si no pudieran levantarse los 900 pisos previstos inicialmente en Isla Chica. Explicado esto, Pedro Rodríguez, un veterano empresario, hace un gesto pícaro con los ojos en el que parece decir: 'Me curé en salud'.

Negociaciones

El alcalde inició el pasado mayo una campaña de negociaciones con los partidos políticos de Huelva -excepto PSOE-, vecinos, comerciantes y Colegio de Arquitectos, para alcanzar un acuerdo sobre el futuro diseño de Isla Chica. Lo consiguió, incluso con la aprobación del plan en el pleno municipal celebrado en junio, tras un consenso alcanzado con IU. 'Hemos decidido que allí vaya un gran parque, un Centro de Salud, dotaciones comerciales, y unicamente 150 viviendas. En definitiva, hemos planteado la elaboración de un proyecto urbanístico moderno, para una zona que exige una dinamización económica y social. El Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva convocará en breve un concurso de ideas encaminado a seleccionar el mejor proyecto posible para Isla Chica', explicó ayer el alcalde.