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Crítica:MIGUEL BOSÉ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Presencia

En aras del Grammy Latino recién conseguido, volvió Miguel Bosé a su plaza y escogió el coso madrileño de Las Ventas para lidiar con un entregado público, que no llegó a llenar del todo el recinto.

Ataviado con vaqueros y camiseta negra, pelo corto y sin barba, su sola presencia bastó para encandilar a los espectadores, entre los que había mayoría femenina y mechas para elegir. Presencia podría ser, pues, y según una humilde opinión, la palabra para definir la mejor cualidad de Miguel, una de las pocas estrellas del espectáculo con que cuenta este país.

Si bien podría haber opiniones diversas en cuanto a su modo de cantar y bailar, lo cierto es que la inmensa mayoría de los asistentes disfrutó de un repertorio trufado de viejos éxitos y de los temas que componen su último y laureado disco, Sereno.

Miguel Bosé

Miguel Bosé (voz), Ludovico Vagnone (guitarra y dirección musical), Pedro Andrea (guitarra), Miguel Irazoki (bajo), Mauricio Scaramella (batería), Tito Duarte (percusión), Alfonso Pérez y Fernando N. (teclados) y Helen de Quiroga y Ester González (coros). Plaza de Toros de Las Ventas. Precio de las localidades: 23 y 30 euros. Plaza de toros de Las Ventas. Madrid, 20 de septiembre.

Como casi treinta años en la música pop dan para mucho, los mejores momentos de la noche correspondieron a dos temas que ya podrían alcanzar la categoría de reliquia: Creo en ti y Te amaré. Pero también la vena dramática de Miguel tiñó la más moderna Mientras respire de cierta magia al aunar música, interpretación y, una vez más, presencia sobre las tablas y en las pantallas de vídeo.

Discoteca

En cuanto a los momentos de más marcha, cabe resaltar la interpretación de Bambú y de Bandido, canción escogida para cerrar la primera parte del concierto, con su parte remix que transformó el escenario -de diseño frío, tonos grises y una inmensa red de cuadros que se levantó al comenzar la actuación- en una discoteca, con el propio Miguel y las dos estupendas coristas meneándose al ritmo sobre una pasarela.

Triunfo, pues, para un Miguel Bosé que sigue levantando pasiones y al que la ropa le sigue cayendo igual de bien.

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